Cuando uno vota PP y el otro, ERC
Un padre de derechas, una madre independentista y republicana y una hija que se ilusionó con el movimiento del 15-M y que en las últimas elecciones votó a la CUP. Así es, ideológicamente, la familia Esparza-Brull. El respeto y la tolerancia son la clave para convivir y hasta disfrutar de las diferencias
Molins de Rei
En el balcón de la familia Esparza-Brull podrían colgar la bandera española, la senyera y la estelada. No es lo habitual pero, en este piso de Molins de Rei, están acostumbrados a las diferencias y dicen que cualquier ideología es bien aceptada. Vamos a comprobarlo. Roberto, el padre se declara de derechas. En las generales, votante del PP primero y ahora de ciudadanos y en algunas autonómicas llegó a decidirse por Convergencia i Unió. Irene, la madre, es independentista porque, nos cuenta, cuando era pequeña su madre le explicaba cosas de Companys y Macià y siempre ha votado ERC. Su hija, Irene, se declara de izquierdas. Reconoce que le ilusionó el movimiento del 15 M y que en las últimas elecciones, aunque entonces no era independentista, por razones sociales votó a la CUP.
En esta casa, en la que cada uno piensa de forma diferente, “el procés” ha movido posiciones, algo que ha sucedido también en la sociedad catalana. La hija, que no era independentista, empieza a ver con buenos ojos esa posibilidad, la madre, mañana, votará como siempre pero Roberto, de derechas de toda la vida, está confuso. Sentados alrededor de la mesa nos han explicado con detalle sus posiciones ideológicas y así pasamos la tarde. Antes de marcharnos quisimos saber si había otras diferencias, además de las políticas, Roberto se confiesa seguidor y socio del español mientras Irene es del Barça. Y con la respuesta añadieron la clave de una relación que dura ya 33 años. “Yo he respetado sus opiniones y ella las mías, dice Roberto, cuando ella ha querido ir a poner flores a la tumba de Lluis Companys yo la he acompañado, pero si un día hemos ido al Valle de los Caídos pues también ha venido conmigo. Muy a pesar mío, remata Irene, pero sí”.