Baño en Wembley

Londres

Tras el naufragio en Montilivi el pasado domingo, el Real Madrid buscaba recuperar su mejor fútbol en Wembley ante el Tottenham. Sólo un cambio en el once inicial respecto al que empezó en Girona, el de Nacho por Varane en el centro de la zaga. De ganar en el templo londinense, los de Zidane tendrían encarrilado el liderato del grupo a falta de dos fechas más por jugarse.

La actitud que reinó en las piernas de los jugadores blancos desde el inicio no tenía nada que ver con la mostrada ante el Girona. Presión para recuperar el balón e intentar hilar acciones ofensivas en campo del Tottenham. Sin embargo, las buenas intenciones se vieron oscurecidas por una incapacidad que quedó patente desde bien pronto.

El Tottenham, bien plantado y con ideas claras, supo maniatar al Madrid. Con Kane y Dele Alli como punta de lanza, los ingleses no dieron un respiro al equipo blanco cuando tenían que sacar el balón jugado desde atrás. Así llegaron los primeros avisos por banda, con Trippier operando como cirujano en la inestable defensa merengue. Una que comandó, para mal, desaparecido Marcelo.

El propio Trippier generó el primer gol de la noche. Tras ganar la espalda a la zaga, en posición ilegal, puso el cuero a un Dele Alli que metió la punta para hacer el primero ante la pasividad de Ramos y el desacierto de Casilla.

Intentaba reponerse el Madrid el siguiente cuarto de hora, con varias llegadas al área del Tottenham. Casemiro y Cristiano en dos ocasiones estuvieron cerca de batir a Lloris, pero el galo se mostró igual de firme que en el Bernabéu hace 15 días.

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Antes del descanso, el Madrid tuvo otro sofocón. Tras una jugada embarrullada, Casemiro tuvo que intervenir de urgencia en el área madridista para evitar el segundo gol de la noche.

Salió el Madrid en la segunda parte mucho más incisivo, buscando las costuras al Tottenham con balones aéreos. Cuando más asentado estaba el once de Zidane en Wembley, vino el segundo mordisco de la noche.

Dele Alli recibía en tres cuartos de cancha y, tras irse de Casemiro e internarse en el área, su disparó pegó en Ramos lo justo para despistar a un nefasto Kiko Casilla. Lo peor, aunque no lo parecía en ese instante, estaba por llegar.

El naufragio de Girona parecía una ahogadilla al lado del ridículo que estaba haciendo el Madrid en Wembley. El cambio de sistema de Zidane, metiendo a Casemiro de tercer central para dejar a los dos laterales más recorrido y libertad, resultó ser un error flagrante.

En una contra maravillosamente hilada entre el goleador Dele Alli y Kane dejó a Eriksen sólo ante Casilla, y el danés definía a la perfección para poner a los aficionados locales en estado de excitación.

Con el ridículo consumado, el último cuarto de hora fue un ejercicio de achicamiento salvaje. El Tottenham se había soltado la melena y el Madrid estaba a merced del acierto inglés. La entrada de Asensio, Mayoral y Theo fue testimonial, no tuvieron incidencia.

En una de las pocas que tuvo el campeón de Europa en el último tramo de encuentro, Cristiano recortó distancias tras engatillar un balón dentro del área inglesa.

Al final, 3-1 y el Madrid vuelve a perder dos partidos seguidos, algo que no sucedía desde enero, cuando cayó en el Pizjuán en Liga y, días más tarde, ante el Celta en el Bernabéu en Copa del Rey. Con el liderato del grupo muy complicado, los blancos tienen que resetearse. Pero la paupérrima imagen de hoy no se la quita nadie.