Dos azafatas ganan un juicio tras ser discriminadas por tener tallas grandes
Un tribunal de Moscú ha dado la razón a las dos azafatas en su batalla judicial contra la aerolínea rusa Aeroflot, que las ha indemnizado con más de 200 euros a cada una
Un avión de la compañía Aeroflot. / Getty Images
Madrid
Un juez de la Corte Municipal de Moscú ha dado la razón parcialmente por primera vez a dos auxiliares de vuelo de la compañía aérea Aeroflot tras rechazar sus denuncias en abril. Estas habían demandado a la aerolínea por haber sufrido una discriminación en su sueldo por superar la talla 42 y por tener más de 40 años, ya que dejaban de hacer vuelos de larga duración por otros más cortos, generalmente de carácter nacional.
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Se trata de Yevgenia Magurina, de 42 años de edad, e Irina Ierusalimskaya, de 45 años, dos mujeres que se hicieron junto al resto de sus compañeras de trabajo unas fotos y se sometieron a unas mediciones con la excusa de cambiar sus uniformes al estar considerados pasados de moda. Estos únicamente estaban disponibles hasta la talla 42, la 48 en Rusia. El resultado fue claro, todas las que tenían una talla más grande sufrían una reducción de sueldo.
Ambas forman parte del sindicato STS (“feas, viejas y gordas”, en sus siglas en ruso) y afirman que su caso no es el único, sino que hay centenares de casos en todo el país. “Tal vez el gobierno está empezando a sentir un poco de vergüenza por la situación”, declaró Magurina antes de su apelación del pasado miércoles según recoge el diario británico The Guardian.
Así, Magurina recibirá de Aeroflot alrededor de 17.000 rublos rusos, unos 248 euros, que hubiese cobrado si hubiera trabajado en los vuelos internacionales junto a otra cantidad en concepto de indemnización por daños morales de 5.000 rublos, 73 euros. Es decir, al final la azafata recibirá más de 320 euros. Por su parte, Ieursalimskaya será recompensado con 16.000 rublos, 234 euros.
Además, el tribunal también ha determinado que la aerolínea no puede decirle al personal "qué talla de ropa usar". Sin embargo, no declaró que las acciones de Aeroflot fueran discriminatorias.
