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La MLS no es la MSN

El Madrid se despide de la gira americana con una victoria por penaltis tras dominar completamente el partido

El defensa del Real Madrid Marcelo junto con Stefan Frei, el portero del Seattle Sounders durante el partido amistoso de la MLS All-Star. / Aaron Doster (USA Today Sports)

El defensa del Real Madrid Marcelo junto con Stefan Frei, el portero del Seattle Sounders durante el partido amistoso de la MLS All-Star.

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En la estatua de Michael Jordan que preside la zona comercial del United Center hay una frase que resume la carrera del mítico '23' de los Bulls: "The best there ever was. The best there ever will be". Y es que Jordan es eso, el mejor de todos los tiempos, el mejor que habrá jamás. Algo parecido sucede con el Real Madrid, una leyenda deportiva que pasea su nombre y sus copas de Europa por todo el mundo proyectando su marca hasta límites insospechados, por mucho que haya sido incapaz de ganar un partido en el tiempo reglamentario en toda la pretemporada.

La cita contra las estrellas de la MLS era una fecha marcada en rojo por la organización. La Mayor League Soccer que dirige entre otros el español Alfonso Mondelo quiere convertirse en una de las ligas más importantes del mundo antes de que pasen 10 años y la verdad es que medios no les faltan. Un estructura perfecta, una base sólida y una hinchada fiel que ya no anima sólo a los equipos europeos si no que se identifica cada vez más con los clubes locales. Visto lo visto en el Soldier Field, van por el buen camino pero les queda mucho fútbol por delante aunque el duelo terminara en empate.

Del partido que se jugó el día que Neymar dejó coja a la MSN recordaremos pocas cosas. Zidane reservó de mano a Bale y Benzema tras la derrota en El Clásico de Miami, lo que permitió ver juntos una vez más a Isco, Lucas y Asensio. La distancia entre los intocables y las meritorios es tan pequeña que chirría la diferencia de minutos que acumulan unos y otros a lo largo de la temporada.

Tras fallar los blancos muchas ocasiones y llegar injustamente con empate sin goles al descanso, el marcador se rompió en el segundo acto. Mayoral celebró su gol con la rabia del delantero que necesita anotar porque le falta el aire. La primera asistencia de Ceballos fue la antesala de un carrusel de cambios que permitió a la hinchada local disfrutar con Marcelo, Bale, Karim y compañía. Mención especial para Mateo Kovacic, un jugón que posiblemente sería titular en todos los equipos de Europa.

Cuando la gente empezaba a abandonar el estadio para evitar los atascos se produjo el milagro. Gol de Dwyer a Luca Zidane en el minuto 86 que llevó el encuentro a la tanda de penaltis. Allí sí puedo sonreír por fin el Real Madrid, que no Zizou. "La sensación no es buena", dijo en la sala de prensa. La próxima cita ya será de verdad, sin red ni segundas oportunidades.

 
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