Los republicanos fracasan en su objetivo de derogar el Obamacare
Al menos cuatro deserciones entre los republicanos y ningún apoyo entre los demócratas hacen que sea imposible eliminar la reforma sanitaria de Obama, una promesa de campaña de Trump y un objetivo del partido conservador desde hace siete años
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. / CARLOS BARRIA (Reuters)
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Washington
El presidente de EE.UU. advierte que la batalla contra el Obamacare no está muerta aunque las deserciones entre los republicanos han dado su estocada final.
Dos senadores –Mike Lee, de Utah, y Jerry Moran, de Kansas- anunciaron anoche que no apoyarían la versión del “Trumpcare” que pretendía aprobar la próxima semana en el senado el líder de la mayoría republicana Mitch McConnell. Para estos dos senadores, republicanos conservadores, la ley mantenía demasiadas cosas del Obamacare. Las últimas deserciones se suman a otras dos, la del senador de Kentucky, Rand Paul, y la de Maine, Susan Collins, del ala más progresista del partido. Hay además varios indecisos entre sus filas. Los republicanos necesitan que la mayoría de los cien senadores vote a favor de su plan para derogar el sistema sanitario de Obama pero con estas cuatro deserciones, no le dan los números teniendo en cuenta que tienen 52 senadores y cero apoyo entre los demócratas. En definitiva: los republicanos se obstruyen a sí mismos.
McConnell ha reconocido en un comunicado que “lamentablemente, es evidente que el esfuerzo para derogar y reemplazar inmediatamente el Obamacare no tendrá éxito”. Trump, sin embargo, asegura que volverán a dar la batalla. “La mayoría de republicanos han sido leales, estupendos y han trabajado muy duro”, ha dicho en un tuit esta mañana, “todos los demócratas nos han decepcionado y unos pocos republicanos. Volveremos”.
Este es el segundo fracaso en menos de un mes para el partido republicano. A finales de junio McConnell abandonó la primera propuesta, aprobada en mayo en la Cámara, porque no pudo reunir los apoyos necesarios para su ratificación en el senado. El partido Republicano lleva siete años haciendo campaña por derogar el Obamacare y ahora, controlando la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y el Senado, es incapaz de limar las discrepancias entre el ala más conservadora y la más moderada del partido. La brecha entre los Republicanos se ha vuelto insalvable: los primeros quieren erradicar el Obamacare, lo segundos temen los efectos que podría tener en la población más vulnerable, el caos administrativo que supondría y la inestabilidad que arrastraría a los mercados.
McConnell pretende ahora que el senado vote un proyecto de ley aprobado por la mayoría republicana en el Congreso en 2015 pero que vetó el entonces presidente, Barack Obama, que anula gran parte del Obamacare. Trump podría apoyar esta vía para acabar con el sistema sanitario del expresidente, una de sus promesas de campaña. El texto es muy similar al que acaba de bloquear los senadores; incluye recortes en el Medicaid (las ayudas del Estado a las personas más pobres y ancianos), elimina las subidas de impuestos con las que el gobierno anterior pudo ampliar la cobertura sanitaria a 20 millones de personas, y revoca exigencias a las aseguradoras a la hora de vender sus seguros.
Los demócratas ya han dicho que tampoco lo respaldarán. El líder de la minoría en el Senado, Chuck Schummer, asegura que “la base de esa ley es inviable”, cree que los republicanos “deben empezar de cero y trabajar con los demócratas en un programa que abarate los costes de los seguros, que promueva la estabilidad en los mercados a largo plazo y que mejore el sistema sanitario”.
La reforma sanitaria que Trump pretende aprobar dejaría a 22 millones de personas sin seguro médico en 2026, según estima la oficina de Presupuestos del Congreso; con el proyecto de ley vetado hace dos años sería todavía peor, dejaría a 32 millones de personas fuera del sistema sanitario, según esta misma oficina.