Muere a los 91 años Yuri Drozdov, leyenda del espionaje soviético
El general participó en conflictos como la Segunda Guerra Mundial o en la intervención soviética en Afganistán
Durante 12 años ocupó el puesto de jefe del espionaje exterior del KGB
Ilustración de una escena de espionaje. / Getty Images
Madrid
Yuri Drozdov, general retirado y una de las leyendas del espionaje soviético, falleció este miércoles a los 91 años de edad, según informó el Servicio de Espionaje Exterior de Rusia (SVR, por su siglas en ruso) y que publicó la agencia rusa TASS. "El 21 de junio dejó de existir el general mayor retirado Yuri Ivánovich Drozdov, legendario jefe del espionaje nacional y veterano de la Gran Guerra Patria". De momento, no se conocen las causas del fallecimiento.
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Drozdov nació en Minsk el 19 de septiembre de 1925 en en una familia de militares. Cuando todavía era un adolescente le tocó participar en la Segunda Guerra Mundial contra la Alemania nazi hasta la caída de Berlín, donde celebró la victoria. En 1956, Drozdov se graduó en 1956 en el Instituto Militar de Lenguas Extranjeras para ser reclutado por el Comité de Seguridad del Estado (KGB), que lo envió a Berlín un año después como un oficial de inteligencia.
Desde 1979 y hasta la disolucion de la URSS en 1991, Drozdov ocupó el puesto de jefe del espionaje exterior del KGB. En ese tiempo, el general tuvo una participación crucial en la intervención soviética en Afganistán y, en particular, en el asalto del palacio presidencial de Kabul, en el que murió el entonces jefe del Estado afgano, Jafizulá Amín. Además, también fue clave en el intercambio del espía soviético Rudolf Abel por el piloto estadounidense Francis Powers, según señalaba el comunicado.
Reconocimiento popular
"Los miembros y veteranos del Servicio de Espionaje Exterior lamentan la pérdida. Yuri era un auténtico oficial ruso, una persona afable y un sabio comandante", rezaba el comunicado.
Pero no solo desde Rusia se valora el trabajo realizado por Yuri Drozdov, ya que el conocido escritor y exespía británico Frederick Forsyth lo calificó en su libro 'El manifiesto negro' ('Icon' en versión original) como el "representante más importante de los maestros del espionaje ruso".
