Cavaliers y Warriors reescriben la historia

Madrid

Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors están cimentando una rivalidad que está superando todas las barreras previstas por cual experto y/o analista desde hace casi tres años. Los equipos de Ohio y San Francisco han arrancado de manera inmaculada los playoffs por el título, sumando un 8-0 inicial que amenaza con volver a poner sobre la escena por tercera vez seguida a ambos equipos en la final de la NBA, algo que nunca ha tenido lugar.

Analizando los datos que deja este brillante arranque, varios hitos salen a la luz. Es la primera vez que dos equipos arrancan 8-0 el camino hacia el Larry O'Brien. La última vez que pasó algo parecido fue en 1989, cuando Lakers y Pistons llegaron 7-0 a la final de Conferencia (la primera ronda de playoffs se jugaba entonces al mejor de 5).

El 4-0 de Cavaliers a Toronto es el barrido número 11 en la carrera de LeBron James, quien ha subido sus prestaciones estos playoffs hasta alcanzar un nivel brutal. Con 5.847 puntos pasa a Kareem Abdul-Jabbar en la lista de máximos anotadores en postemporada y ya sólo tiene a Michael Jordan por delante. Los actuales campeones han dejado atrás los fantasmas defensivos del pasado, esos que les hicieron ser el 25º peor rating defensivo de la NBA tras el All-Star. Ha sido llegar la hora de la verdad, y los Cavaliers están siendo un equipo de verdad. Al margen del nivel de LeBron, Irving y Love; Tristan, Korver y Frye han aportado muchísimo en los minutos que han disputado. A ello se suma la mejora defensiva de Smith y Shumpert y la situación, aparentemente planificada, de guardar a Jefferson para los días grandes. Un cúmulo de buenos síntomas que invita al optimismo.

En la Bahía, la vida sigue igual. Los Warriors siguen su puesta a punto de cara a las finales del Oeste habiendo minimizado su talón de Aquiles, las pérdidas. Curry está sabiendo leer los partidos mejor que antaño a estas alturas de la temporada, Durant parece tener claro su papel de aniquilador y Draymond Green está liderando casi todos los apartados estadísticos del equipo. Falta por encajar el rol de Klay Thompson, quien no está firmando la mejor temporada ni los mejores playoffs de su carrera. Desde el banquillo tendrán buenos minutos con JaVale McGee, intimidador y protector del aro, Andre Iguodala, Shaun Livingston, David West y, muy poco, de Matt Barnes e Ian Clark.