Mucho ruido y pocas nueces
Debate, tensión y polémicas que se plasman en cambios que no afectarán a Mariano Rajoy en este Congreso Nacional.
Fotografía facilitada por el PP de la reunión del Comite de Dirección del Partido Popular. / Tarek (EFE)
Madrid
En el debate de enmiendas de la ponencia de Estatutos se habló de la acumulación de cargos. Francisco Risueño, un militante de Castilla-La Mancha, presentó el caso concreto de María Dolores de Cospedal. Aunque luego en el plenario no citó a la secretaria general y ministra de Defensa.
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No tuvo mucho recorrido. Al votarse fue rechazada, tan sólo por 25 votos. Un resultado muy ajustado: 303 a favor, 328 en contra y 8 abstenciones. Un total de 639 compromisarios que protagonizaron un tenso debate. A cambio, se aceptó otra enmienda en la que el PP se compromete a promover "una gradual separación y limitación" de los puestos en el gobierno y en el partido. Así se resolvió el tema. Cospedal no sale indemne. Hay división en su partido. Pero Rajoy ya tiene vía libre para ratificarla.
También se vivieron momentos delicados al hablar sobre aborto y eutanasia porque algunos afiliados deseaban que estos dos aspectos figurasen en los Estatutos. Pero Fernández Martínez Maíllo -a quien todos apuntan como nuevo coordinador- barrió el tema. Sostuvo que a él nadie le gana en la defensa del derecho a la vida y recordó que para resolver los problemas éticos ya se había incluido el voto en conciencia.
De lo que no se llegó a hablar fue de la limitación de mandatos porque la única enmienda que lo reclamaba se retiró antes. Eduardo Dolón, secretario general del partido en Alicante, accedió a hacerlo anulando de esa forma cualquier tipo de discusión que podría haber incomodado a Rajoy. Da igual que Ciudadanos lo pusiera como condición en su acuerdo de investidura. El líder del PP saldrá de este Congreso Nacional sin fecha de caducidad.
Y para terminar, el apartado primarias se resolvió con modificaciones para la elección del líder. La propuesta de Maíllo de un sistema de doble vuelta ha cambiado. Antes, de la primera ronda, en la que votan los militantes inscritos, podía salir un candidato único si cumplía tres requisitos: más del 50% de los votos, superar en 15 puntos al segundo y obtener mayoría absoluta en 30 de las 60 circunscripciones en las que se divide el PP. Pero anoche, se hizo un ajuste. Se mantienen los dos primeros puntos y en el tercero, ahora, bastará con que sea una mayoría simple. Todo para hacer más complicado que los compromisarios puedan revertir después el sentir de los afiliados.
Pero también en la segunda vuelta hay novedades. La idea era que sin un aspirante claro pasaran a esta todos aquellos que hubiesen superado el 20% de los votos. Pero ahora sólo podrán hacerlo los dos más votados. Así se aprobó por unanimidad.
De este modo el PP le da más poder que nunca a sus militantes. Pero hay que tener en cuenta que a esto no se va a someter Rajoy en este cónclave. Sólo se aplicará una vez se aprueben estas nuevas normas internas. De modo que el líder del PP saldrá ahora aclamado por sus compromisarios y, dentro de unos cuantos años, ya se verá si es él quien se somete a este proceso.
