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El líder temeroso

Zidane se inventa un Madrid cicatero en Sevilla. ¿No había mejores opciones que cinco defensas?

El once del Madrid en el Pizjuán / Aitor Alcalde (Getty Images)

El once del Madrid en el Pizjuán

Madrid

El Madrid empezó 2017 haciendo uno de sus mejores partidos de los últimos años, cuando en la ida de la eliminatoria de octavos ante el Sevilla, dominó, sometió y ganó holgadamente al Sevilla en el Bernabéu. Los madridistas eran unánimes en que hacía tiempo que no veían un partido tan completo y redondo de su equipo. Aquel despliegue de juego, mando y ocasiones llegó de la mano de los centrocampistas, ¡de los cinco! que puso Zidane (Casemiro, Modric, Kroos, James y Asensio), que dominaron el campo, presionaron, se juntaron, tocaron y llegaron abrumando al Sevilla.

Resulta que, solo doce días después, a Zidane aquello no le valia para jugar ante el mismo equipo y decidía apostar por un equipo con cinco defensas. Es cierto que tenía las bajas de James e Isco, pero en el banquillo quedaron inutilizados Lucas Vázquez y Asensio. El mensaje del entrenador era el de protegerse y salir rápido a la contra, pero sobre todo el de resguardarse atrás. Aquel Madrid que hacía menos de dos semanas había presionado en campo contrario, robando la pelota y apabullando al rival y llegando con asiduidad y peligro al área sevillista había desaparecido. En esta versión cicatera, la primera parte se saldó con dos llegadas a la portería de Rico, un centro de Modric en el min.9 y otro de Benzemá en el m.39 que no pudo rematar Cristiano. Poco más.

En la segunda, con el mismo guión y sin cambios, el Madrid tuvo dos llegadas, con remates de Cristiano y Benzema, esta última, con un disparo por encima del larguero, fue la más clara  en todo el partido. Luego llegó el penalti, en un robo de Carvajal y un error de Sergio Rico que puso por delante al Madrid. Faltaban 25 minutos y el Madrid tenía una ventaja impresionante para un partido que no había dominado y en el que su bagaje ofensivo era muy escaso. Con el inmenso botín, Zidane se reforzó en su idea, a contener. Metió solo un cambio, Kovacic por Kroos, y siguió cediendo, si cabe, más la iniciativa al Sevilla. El Madrid estaba expuesto a los arreones sevillistas, no tenía la pelota, no manejaba el tiempo, no llegaba arriba y esta vez la moneda salió cruz. Otras muchas veces salió cara. Demasiadas veces una moneda al aire, pero no la hubo en el partido de ida de  Copa en el Bernabéu, cuando no hubo posibilidad porque todas las monedas las tenía el Madrid, con sus cinco centrocampistas barriendo el campo y controlando.

A Zidane le pudo salir bien el experimento de los cinco defensas, en fútbol muchas veces se gana sin merecerlo, pero eso no quiere decir que fuera una idea acertada y que no existieran mejores opciones para sacar adelante un buen resultado en el Pizjuán.

Jesús Gallego

Jesús Gallego

Director de 'Hora 25 Deportes'

 
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