Los Juegos Intercalados, el fracaso del olimpismo
Solo se celebraron una vez y el Comité Olimpico Internacional se niega a validar los resultados de aquellas pruebas disputadas en Atenas hace más de cien años
Madrid
En la Olimpia del siglo VIII a.C. se organizó por primera vez lo que se ha convertido en la principal competición deportiva del mundo: los Juegos Olímpicos. El honor a Zeus, motivo por el que se piensa que nacieron, ha evolucionado hasta la mayor y más acreditada congregación de profesionales deportistas de élite. Un acontecimiento de masas que cada cuatro años mueve una profusa cantidad de emoción, prestigio, espectativas y dinero.
No obstante, la exuberante dimensión del fenómeno es relativamente reciente. Desde la antigua Grecia no siempre se han organizado Juegos periódicamente y sin interrupción, de hecho, entre los siglos IV y V finalizaron por la expansión del Imperio Romano en la zona.
La era moderna
La idea de reestablecer la competición tomó fuerza en el siglo XIX desde la filantropía europea. El pedagogo francés Pierre de Coubertin, fue el impulsor de la nueva corriente olímpica pese a que su iniciativa no poseía mucho respaldo en los círculos de poder de la época.
En la junta de la Unión Deportiva de París en 1892, el filólogo propuso volver a estructurar una cita olímpica como la que dejó de celebrarse mil quinientos años antes. Un bienio más tarde Coubertin creó el Comité Olímpico Internacional (COI). A partir de ese momento los desplantes se trocaron en apoyos y en 1896 Atenas acogió los primeros Juegos de la era moderna.
Los Juegos Intercalados
El éxito fue incuestionable. Sin embargo, los siguientes encuentros en París y Saint Louis, transcurrieron demasiado discretos a la sombra de la Exposición Universal. Por este motivo, y temiendo que el recién reemprendido certamen volviera a desaparecer, el COI decidió que también cada cuatro años pero entre dos Juegos Olímpicos, hubiera otros que se celebraran siempre en Atenas.
En 1906, como se había planteado, la capital griega volvió a ser anfitriona de unos Juegos en los que 20 países compitieron por las medallas con más de 900 atletas.
Después de los fastos, la ciudad de Atenas consideró que festejar Olimpiadas ininterrumpidamente cada cuatro años era insostenible y la Primera Guerra Mundial acabó disolviendo el proyecto. Los Juegos Intercalados no volvieron a celebrarse y su condición atópica ha quedado en anécdota, ya que ni el propio COI, instigador de la iniciativa, reconoce los resultados de las pruebas deportivas de aquella convocatoria.