El PP 'radicaliza' su campaña contra C's
En el ecuador de la caravana, los populares se muestran indignados por los ataques de Rivera contra Rajoy y sostienen que su jefe de filas no va a dar un paso atrás. El líder del PP sigue con su campaña de paseos, respondiendo a las preguntas que le interesan y sin hablar de corrupción
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El presidente del Gobierno en funciones y candidato por el PP a la reelección, Mariano Rajoy, acompañado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. / Lavandeira jr (EFE)
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Santa Cruz de Tenerife
En el ecuador de la campaña, el PP comienza 'a dar leña'. Hasta ahora su objetivo era Podemos. Mariano Rajoy lleva varios días contraponiendo el modelo de su partido al de los "radicales", que considera todo un peligro para España. Apelando, por eso, al voto útil, con tal de evitar su llegada al poder. Pero Ciudadanos también ha entrado ya en la batalla. El veto de su líder, Albert Rivera, exacerba a los populares. Mientras, el presidente en funciones responde con que se siente "fuerte", capaz de "llevar el timón otros cuatro años más", para despejar cualquier duda sobre su continuidad.
La relación se está envenenando. En Génova no comprenden la virulencia de los ataques del líder de Ciudadanos y creen que sólo puede responder a su temor por perder apoyos. Endurecen su discurso contra los que pueden convertirse en sus socios potenciales. Tienen muy claro que no van a permitir que el cuarto partido le diga al primero lo que tiene que hacer y sostienen que Rajoy no va a dar un paso atrás. Nada de lecciones.
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En el Partido Popular insisten en estas elecciones se juega un '1+3', lo que viene a ser, según explican, "la experiencia y solvencia de su formación contra el resto de candidatos confundidos con sus ataques cruzados". Y en Génova se declaran "satisfechos pero sin euforia" por cómo han transcurrido estos días. Se quedan con que van en cabeza. Además, cuentan que han detectado el cansancio de la gente por la política y los discursos largos. Por eso mismo, explican, ellos han apostado por salir a la calle y destacan que Rajoy es el único que lo ha hecho.
Un trufado de paseos y algunas anécdotas, entre las alcachofas y darle un mitin a las vacas, que han marcado su caravana electoral. En sus recorridos Rajoy siempre sigue un mismo esquema. Blindado por la seguridad, besa y se hace selfies con todo el mundo. Salvo en algún lugar como Pontevedra. Allí, entre el recuerdo del puñetazo y que fue nombrado persona non grata, sólo hizo un frío y tenso recorrido que duró la mitad que el resto.
Y en esta ocasión el líder de los conservadores está haciendo un esfuerzo para atender a los medios, sobre todo a los locales. Y con trampa. Da más 'canutazos' que nunca (responde a unas cuantas preguntas de los periodistas sobre la marcha) pero siempre contestando a lo que él desea. Brexit, Gibraltar, defender que debe gobernar la lista más votada... pero si alguien le plantea un tema incómodo disuelve corrillo, rehuyendo la polémica.
Además el fútbol ha marcado su agenda. El mismo día del debate había partido y lo vio con su mujer. Después le tocó en Tenerife, donde aparcó los discursos políticos y junto a su equipo de la Moncloa disfrutó de su afición. El próximo coincidirá con su visita a Toledo y se adelantará el acto a las seis de la tarde para que le de tiempo a verlo.
La mitad de la campaña pilla a Rajoy en Canarias. Raro verle en las islas sin José Manuel Soria, quien tuvo que renunciar a ser ministro por los papeles de Panamá. Pero no es la única ausencia. Tampoco se ha visto a Rita Barberá por ningún lado. La exalcadesa de Valencia no está ni imputada pero en su partido no quieren que nada "contamine" a su jefe de filas.
En el PP dicen que los escándalos que les han salpicado están "amortizados". Pero para ser así es un tema que no se toca. Ni una mención. Sólo surgió en el debate a cuatro y algunos populares critican que su líder no fuera más contundente tanto a la hora de atacar como de defenderse.
En la cúpula conservadora dan, además, por hecho que Podemos ganará al PSOE. Y confían que con ese resultado, Pedro Sánchez dimita la misma noche electoral. Piensan que sólo así se desencallará la situación política. Creen que entonces los socialistas se abstendrán para que Rajoy siga en la Moncloa. Consideran que sería un error para ellos aliarse con la formación de Pablo Iglesias porque "morirían en el acto". Pero hay quien tiene sus dudas sobre estas cábalas de la dirección porque recuerdan que Sánchez sigue al frente, a pesar de todo, y además muchos de sus barones han pactado con Podemos.