Cameron reconoce que la UE a veces le produce frustración pero pide a los británicos que voten contra el Brexit
Durante una entrevista en la cadena SkyNews por la campaña para el referéndum, Cameron habló también de inmigración y del funcionamiento de la Unión Europea
Londres
El primer ministro británico, David Cameron, ha defendido que la inmigración puede ser controlada dentro de las fronteras comunitarias y que sería una "locura" hacerlo votando por la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). Según indicó el mes pasado la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), la inmigración neta al Reino Unido -el número de personas que llegaron menos las que se fueron- ascendió hasta septiembre de 2015 a 333.000 personas, 10.000 más que en los 12 meses anteriores.
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El jefe del Gobierno, que ha prometido reducir a 100.000 las llegadas anuales, dijo que el Reino Unido tiene la ambición de recortar la inmigración, si bien reconoció que es un desafío. Agregó que espera que haya un menor ingreso de comunitarios a medida que las economías de otros países de la UE se recuperaran. "Hay buenas y malas maneras de controlar la migración", dijo. Entre las "buenas", Cameron citó el impedir que los comunitarios que recién entran en el Reino Unido puedan reclamar ayudas estatales o que dejen el país a los seis meses si no encuentran trabajo, puntos que fueron negociados con Bruselas antes de convocar el plebiscito.
Cameron reconoció que siente a veces frustración por el funcionamiento de la UE, pero que lo mejor para el Reino Unido es permanecer en el bloque común. "A veces esta organización me vuelve loco, pero ¿me siento a pensar que el Reino Unido estaría mejor si nos marcháramos? (...) ¿Pensamos en salir de la UE, en salir del mercado único y de alguna forma vamos a estar mejor? En absoluto que no", afirmó.
La inmigración es uno de los temas de la actual campaña para el referéndum del día 23, cuando los británicos deberán decidir si quieren permanecer en la UE o salir del bloque. Las encuestas sobre intención de voto dan una ligera ventaja a la campaña por seguir en la UE, que encabeza del primer ministro.