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GUERRA EN SIRIA

La ONU avisa de la “monstruosa indiferencia hacia los civiles en Alepo"

La intensidad de la violencia en la ciudad es tal que los líderes religiosos de barrios controlados por los grupos opositores han cancelado por primera vez en años el rezo del viernes al mediodía

Sirios en el lugar de los ataques aéreos en el barrio Bustan Al Qasr en Alepo (Siria) este pasado jueves 28 de abril de 2016 / ZOUHIR AL SHIMALE (EFE)

Beirut

Monstruosa indiferencia hacia los civiles por todas las partes en el conflicto” sirio. Así describió el viernes las Naciones Unidas la intensa violencia que sume a la ciudad de Alepo el día en que Médicos Sin Fronteras ha aumentado a 50 los fallecidos por el bombardeo del hospital al-Quds el pasado miércoles.

La intensidad de la violencia en la ciudad dividida Alepo es tal que los líderes religiosos de los barrios controlados por los grupos opositores han cancelado por primera vez en años el rezo del viernes al mediodía, el más importante para la comunidad musulmana. “No podemos hablar ahora porque hay muchos bombardeos” explicaba al mediodía Adulrahman, voluntario de los Servicios de Defensa Civil, también conocidos como Cascos Blancos.

Unas horas antes, la ciudad había amanecido tranquila tras una intensa semana de bombardeos por parte de las fuerzas gubernamentales, el único actor del conflicto que cuenta con aviación militar, y el lanzamiento de morteros desde las dos mitades de la ciudad por parte de los diferentes grupos militares que se la reparten. Al menos 202 civiles han muerto en la última semana en la segunda ciudad más importante del país, según informa el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos.

“Hay muchos, muchos ataques en la ciudad de Alepo, en todas sus áreas” explica Mustafa Munir, que vive en uno de los barrios bombardeados de Alepo. Mustafa describía horas después del bombardeo del hospital al-Quds cómo “las áreas [de la oposición] que están siendo bombardeadas son barrios populares y contienen edificios vitales como hospitales y centros de defensa civil”.

Uno de los nueves centros médicos que operaban en las áreas no gubernamentales, el hospital al-Quds era de los más importantes y hasta la noche del miércoles contenía una sala de emergencia, una planta infantil en la que operaba uno de los últimos pediatras de la ciudad, ya fallecido, o una sala de cuidados intensivos. “Era el principal centro para cuidados infantiles en Alepo” afirma Sam Taylor, portavoz de la misión Siria de Médicos Sin Fronteras. La organización ha elevado a 50 el número de fallecidos en el bombardeo.

La nueva ola de violencia en Alepo es la que ha provocado que oficiosamente no se pueda hablar de cese de hostilidades en Siria. Este acuerdo entre régimen y oposición con el apoyo de las potencias internacionales involucradas en el conflicto, en especial Rusia y Estados Unidos, favoreció a partir del pasado 27 de Febrero la primera y exitosa ventana de paz establecida a través de casi todo el país en más de cuatro años de conflicto. Este acuerdo excluía al Estado Islámico y el Frente al-Nusra, la rama siria de Al-Qaeda.

Este ha sido el argumento usado por el régimen sirio y sus aliados rusos para bombardear Alepo. Pero la presencia del Frente al-Nusra es minoritaria ya que una amalgama de grupos de diferente ideología domina la mayoría de barrios bajo control de la oposición. Desde los más moderados y seculares Ejército Libre Sirio hasta facciones marcadamente salafistas como Ahrar as-Sham, un amplio abanico de grupos se unieron la primavera de 2015 para crear el centro de operaciones conjunto Fatah Halab, desde donde se toman las decisiones militares pero de la cual está excluida al-Nusra.

En medio del aumento de la violencia, Estados Unidos y Rusia acordaron también el viernes un documento que obligaba a las facciones militares presentes en el norte de Latakia y de Ghouta Este, un suburbio de Damasco, a reforzar el cese de hostilidades en aquellas áreas. Según la agencia de noticias Agence France Presse, los Estados Unidos pidieron a Rusia que el cese de hostilidades se extendiera a Alepo, algo a lo que se opuso el Kremlin. Un hecho que demostraría “la determinación de Moscú” a apoyar a su aliado sirio, Bashar al-Asad, y “la indecisión o falta de interés de Washington”, según asegura el analista político Rami Khoury.

 
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