El hijo pródigo vuelve a reinar en casa
Rafa Nadal gana a Kei Nishikori por 6-4 y 7-5 y se proclama ganador del Conde de Godó por novena vez en su carrera. Iguala así el récord de Guillermo Vilas con 49 trofeos en tierra batida
Nadal cierra el puño en Barcelona / Toni Albir (EFE)
Dos años fuera, dos años en los que el tenista que volvía a su casa cada primavera no era el mismo. En el Real Club de Tenis Barcelona recibieron hace casi 20 años a un niño obcecado con ganar, y le vieron crecer invencible. Sin embargo en 2014 perdió, y en 2015 también, y el azar quiso que en este 2016 se disputase la corona ante Kei Nishikori, el tenista que había aprovechado su vacío estas dos últimas temporadas.
Después de lograr el alta definitiva en Montecarlo con una semana admirable, Nadal aparecía en el Open Banc Sabadell con la sensación (extraña en los últimos tiempos) de saberse mejor que el resto. El examen este domingo era distinto porque el rival era otra cosa, ni Murray, ni Wawrinka ni Monfils, era Kei Nishikori. El japonés es seguramente el tenista más eléctrico del planeta y un contendiente de lo más parecido a Djokovic, salvando las distancias.
El partido empezó frenético, con rupturas de saque sucesivas y puntos visiblemente con una marcha más de lo visto esta semana. Nishikori era el que más atacaba tratando de echar a Rafa por detrás de la línea de fondo y este se sacaba la presión con bolas muy liftadas y poniéndose de derecha a la mínima. Esa fue la batalla de todo el partido y Nadal tardó en ganarla, pero lo consiguió.
Punto SER y Partido (19-04-2016): Rafa Nadal hace el vuelo del fénix
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Al balear le costó cogerle el tranquillo a la propuesta del tenista de Shimane, tuvo que salvar un 0-40 en uno de los primeros juegos y varias bolas de break más, pero una vez salió de ese lío la pelea psicológica estaba ganada. “Es todo mental” comentaba Nadal tras remontar a Fognini un segundo set que se puso difícil, y a base de remar logró desarbolar a Nishikori.
El discípulo de Michael Chang pasó de atacar con soltura a notar nervios en bolas fáciles, derechas a media pista que se iban o derechas fácil que terminaba convirtiendo en dejadas poco fructíferas. Y en una de esas entregó el primer set a Nadal 6-4.
El segundo set, una montaña rusa
Empezaron a entrar las sombras en la pista central cuando Kei rompió el saque de Nadal de buenas a primeras. Y Rafa se lo devolvió ipso facto, y no una vez, lo hizo dos veces hasta ponerse 3-1 arriba. Ese quinto juego fue eterno, larguísimo y frustrante para Nishikori, que acabó dejando pasar varias oportunidades de romper el saque. Del 4-1 de Nadal pasamos al 4-3 y saque del nipón en un partido que estaba quedando claro que era para restadores.
La cordura volvió con el 4-4 que reequilibró el parcial. Nishikori parecía recuperado y fresco. Empezaba un set corto sin margen de error. Con 6-5 y tras desaprovechar una bola de partido apareció el Nadal de los pequeños milagros, ganando con 15-15 un punto que valía un potosí. Llegó a una dejada imposible y acabó ganando en la red. Con 15-30 tiró un globo milimétrico y terminó ganando el torneo gracias a un peloteo que desfondó a su rival.
Nadal gana su noveno torneo Conde de Godó y vuelve a sumar dos semanas ganando, algo que no pasaba desde verano de 2013. Rafa Nadal ha vuelto a su rutina y confirma que va en serio.
Todos los detalles de la final con los comentarios de José Izquierdo:
