"Tenemos una comunidad que se ha contaminado de radicalismo"
La "burgomaestra" de Molenbeek, una especie de concejala de distrito a la que todos llaman alcaldesa, Françoise Schepmans, pide, en una entrevista a la Cadena Ser, ayuda policial y más medios para hacer frente a la situación de este barrio de Bruselas conocido por ser el lugar donde se planificaron los atentados de París o por haber "exportado" 80 jóvenes radicales a hacer la Yihad a Siria
Bruselas
Por mucho que se esfuerce la alcaldesa de esta comuna explicándonos que a las afueras del barrio hay algunas de las mejores residencias de Bruselas y vecinos con mucho dinero, parece imposible quitar a su distrito el estigma de ser el nido de la radicalización de muchos jóvenes que bien han salido a Siria a enrolarse en la Yihad o que se han convertido en los terroristas más buscados del mundo en estos momentos.
En Molembeck donde viven más de 100.000 mil personas, el paro juvenil es del 50 por ciento. Su alcaldesa se queja de que en los últimos 10 años ha cedido un 30 por ciento su población y que no tiene financiación del estado para hacer frente a este reto.
Al mercado de frutas y verduras, que cada jueves se monta junto al histórico edificio de la junta de distrito de Molenbek, llegamos con Fátima, nacida aquí hace 40 años, de padres marroquíes y que minutos antes había dejado a sus dos pequeñas en el colegio. Pedimos entrevistar a la liberal que desde hace 4 años lleva las riendas de la comuna más mediática de Bruselas desde 2013, cuando comenzaron a conocerse nombres de yihadistas y terroristas que habían salido de aquí. Después de atender a las grandes televisiones globales de noticias ininterrumpidas las 24 horas, nos tiende 20 minutos antes de irse al homenaje nacional a las víctimas de los atentados del pasado martes, previsto a primera hora de la tarde.
"Tras los atentados todos han vuelto a poner los ojos en nosotros", nos dice nada más recibirnos la responsable de esta comuna. "Tenemos un problema de fundamentalismo y la mala fama de Molenbek es difícil de cambiar por los problemas que arrastramos", así habla de su comuna Françoise Schepmans, que nos recibe en su enorme despacho del noble edificio de la junta municipal de este barrio en el que el 50 por ciento de sus jóvenes están en paro y donde en el centro de la comuna el 80 por ciento de sus habitantes es de origen inmigrante, según Schepmans. Para ella lo más preocupante es que Molenbeck sea ahora mismo el barrio de Europa con una mayor proporción de jóvenes que han salido a unirse a las filas radicales en Siria y que muchos de ellos han vuelto.
“No tenemos medios para controlarles”
"Tenemos 80 personas que son sospechosas de radicalismo que pueden ir y pueden estar allí (en Siria) y pueden volver aquí y hacer todo tipo de actividades y no tenemos más medios para controlarles. No hay más, la cifra de 80 es una cifra que se ha estabilizado, son personas susceptibles de radicalizarse aún más", afirma en la entrevista que concede a la Cadena SER. A la pregunta de por qué aquí se da este fenómeno de radicalización responde señalando sobre todo a la comunidad marroquí "es porque hay una fuerte comunidad de origen marroquí, cuando ves a gente que ha partido a la Yihad o los que cometen los atentados terroristas son todos de origen marroquí, pueden tener la nacionalidad belga o francés pero son todos de origen marroquí, son una comunidad que se ha contaminado de radicalismo", repite en varias ocasiones.
Le insistimos en la pregunta de por qué señala a un colectivo en concreto y responde que hay comunidades musulmanas más integradas como la turca. Declaraciones como está la han hecho famosa, y nos da los datos de las 25 mezquitas que hay en el barrio, algunas financiadas por Arabia Saudí. Habla menos de los problemas económicos o educativos de esas comunidades y nos vende por otro lado que en la parte más alejada de este centro histórico del barrio hay un nuevo Molenbek del que no se habla y que tiene algunas de las mejores viviendas de Bruselas.
Pide unión contra el terrorismo y más medios policiales
Quiere en sus calles más policía y más medios "de inteligencia para realizar más escuchas y más controles de los sospechosos" y después pide más dinero porque asegura que desde 2006 la población de Molenbek ha aumentado un 30 por ciento, 30.000 personas más y la financiación de la comuna y los policías y los medios educativos no han comenzado. Schepmans pide a los ministros del Interior de los 28 que trabajen unidos y a su gobierno, al belga, que aporte más y mejores medidas de seguridad.
"Ante todo la seguridad, ante todo luchar contra esas redes extremadamente peligrosas, después controlar el crecimiento del radicalismo en la comuna. Son necesarios más policías, controlar mejor los lugares donde pasan estas actividades, pero para eso necesitamos más policías federales, controlar el contenido de los discursos es la policía federal quien lo tiene que hacer no nuestra policía local, la policía local nos puede señalar quien frecuenta las mezquitas, contrastar con informadores quien se encuentra con quien, es lo que puede hacer", nos dice.
Con poca esperanza de que se tomen medidas efectivas por parte de los ministros del Interior de la Unión Europea que se han reunido de nuevo hoy en Bruselas sí que les reclama mayor celeridad en sus planes. "Tenemos que trabajar todos juntos, ahora es Bélgica la golpeada por el fenómeno del radicalismo y del terrorismo, es verdad que jamás habíamos sufrido este tipo de hechos tan dramáticos. Europa debe colaborar y encontrar nuevas vías para luchar contra el terrorismo, es verdad que en Francia ha habido terrorismo, en Gran Bretaña hay terrorismo, en España, con los atentados de Madrid, y nosotros tenemos la sensación de que en Bélgica el riesgo se ha infravalorado ha sido con respecto a este fenómeno, no pensábamos que pudiéramos ser atacados", lamenta.
Todo esto nos los contaba desde su despacho en la tercera planta de este edificio histórico desde donde se oía a los comerciantes ofertando las frutas y hortalizas del mercado callejero de los jueves. Junto al mercado un cartel que rezaba "Molenbeek" con una paloma blanca dibujada sobre los edificios del barrio. Mientras, las cámaras de televisiones internacionales se esmeran en grabar a mujeres con pañuelos o mezquitas, de nuevo los tópicos de la religión y los estigmas con los que se verá obligado a vivir este barrio donde sí, hace una semana, se detuvo a Abdeslam Salah, uno de los terroristas más buscados de los ataques del 13-N de París, "con ayuda de su familia y amigos", lamenta la alcaldesa.