Unidos contra el odio
El minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados se ha roto con un "viva Bélgica"
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Una chica escribe un mensaje en recuerdo de las víctimas en un muro de la Plaza de la Bolsa de Bruselas (Bélgica). En la fotogalería, españoles atrapados en Bruselas. / YOAN VALAT (EFE)
![Una chica escribe un mensaje en recuerdo de las víctimas en un muro de la Plaza de la Bolsa de Bruselas (Bélgica). En la fotogalería, españoles atrapados en Bruselas.](https://cadenaser.com/resizer/v2/CQMCMUJS6FKSNKTLN3ZGQM462I.jpg?auth=a528fae9b585fc7700cf0f406a9000085b606ab3366d03fa86b39096f020d3c6)
Bruselas
"Unidos contra el odio", dice la pancarta que cuelga entre las columnas del edificio de la bolsa en el centro de Bruselas. Y es la esencia de la mayoría de mensajes que se ven escritos en el suelo, en las paredes, en carteles, entre las velas, los globos y los que te dice la gente, los belgas de nacimiento o los que llevan aquí viviendo poco tiempo.
No quieren una ciudad paralizada por el miedo y la amenaza terrorista como ocurrió tras los atentados de noviembre en París. Por eso cientos de personas abarrotan esta plaza, desde que se cometieron los atentados, a pesar del frío y de los ratos de llovizna. La red de metro está parcialmente abierta, también funcionan los autobuses y los trenes, pretendiendo alcanzar la máxima normalidad posible en una ciudad blindada por el ejército y donde continúan los registros policiales en busca del tercer presunto terrorista que cargaba una bolsa llena de explosivos.
El minuto de silencio en memoria de las víctimas se ha roto con un "viva Bélgica" y los aplausos de los belgas, de los extranjeros que viven aquí y los turistas que están de paso. Isabelle enciende unas velas que coloca en forma de corazón. Entre ellos coloca un cartel. El que nunca quiso leer esta ciudad "Je suis Bruxelles". El sentimiento de unidad no es manido en este escenario donde la gente reivindica el multiculturalismo y la convivencia en paz que han tenido hasta ahora. Hay mensajes de solidaridad en distintos idiomas, también en árabe. Simon, que toca una armónica frente a otra pancarta que clama por la paz, asegura que esto no es un problema de religiones, ni de nacionalidades, "es mucho más básico y primario, se trata de valores, de decidir en qué lugar quieres situar tu vida, en el de la paz o en el del odio".
Otro grupo de estudiantes que lleva varias horas simplemente haciendo acto de presencia en esta plaza, asegura que este problema "va más allá de Bélgica y de Francia. Esto es una amenaza global a la que Europa tiene que dar una respuesta común". Una respuesta que quizás es hora de cambiar, puntualiza Pierre, "porque la estrategia militar no funciona". El ejército lleva meses desplegado en las calles, todos sabían que esto podría pasar y no se ha podido evitar.
Que el terrorismo extremista es una amenaza que no tiene fronteras es un hecho que demuestran estos atentados. Y que se lee también en los mensajes que la gente está dejando en la Plaza de la Bolsa que piden que se rece por Bruselas. Pero también por París. Irak. Siria. Libia. Yemen...