Balas de fogueo para el testigo que sabía demasiado
Las expectativas del interrogatorio al asesor fiscal de Noos no se han cumplido y Miguel Tejeiro se ha llevado muchos secretos de vuelta a Barcelona
Palma de Mallorca
El asesor fiscal del grupo Nóos, Miguel Tejeiro, la única persona que conoce al detalle las empresas, los trasvases de dinero, los paraísos fiscales que colonizaron o las declaraciones fiscales de todo el tinglado que tenían montado Iñaki Urdangarin y Diego Torres para desviar el dinero público que recibió el Instituto Nóos ha terminado de declarar.
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El testigo clave estaba advertido de la lluvia de querellas que le podían caer si no se agarraba al secreto profesional y eso ha condicionado toda su declaración. A pesar de ello, Diego Torres, ha dicho, "era el último titular de las empresas en paraísos fiscales, el único que tenía plenos poderes y el único que tenía firma en las cuentas". Y su cuñado le escuchaba sentado al lado de su abogado, Manuel González Peeters, al que asesora durante los interrogatorios dando la razón a quienes le acusan de ser un "compulsivo del control". En su turno de preguntas, González Peeters, amante de la caza, ha usado balas de fogueo. Ninguna pregunta comprometida. Suponemos que Miguel Tejeiro sabe tanto que podía contar al tribunal algunas cosas que es mejor que no sepa.
Miguel Tejeiro estaba cómodo por primera vez en las tres jornadas de declaración que ha cubierto. Hasta el punto que ha aprovechado para mandar un recado a la infanta Cristina. Él que como testigo tiene obligación de decir verdad. La ha desvinculado de Aizóon pero la ha acusado de mentir. "¿Cómo puede decir que yo formaba parte de su círculo de confianza si solo la he visto tres veces?". Suponemos que lo hizo para defender a su marido.
El interrogatorio del asesor fiscal ha dejado tanta huella que cuando ha llegado el turno de Carlos Masia su figura ha planeado durante todo el interrogatorio. El notario que firmó la constitución de la sociedad de Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón. El notario que fue uña y carne con Miguel Tejeiro durante décadas hasta que esa relación se rompió cuando se disolvió la sociedad profesional que mantenía con unos familiares de Masia. Para hacer las paces, Carlos Masia ha traído un regalo envenenado para Tejeiro. Dos informes periciales que demostrarían que se falsificó la firma de Urdangarin en algunos documentos que le enviaba. La jugada no le ha salido bien. El tribunal no ha admitido los documentos y la Fiscalía y la Abogacía del Estado le han reprochado su actuación y le han recordado la alta función que encarna de dar fe de la identidad y de la capacidad de las personas que firman documentos. Suponemos que su carrera como notario estará a punto de terminar.
Pedro Jiménez
Redactor Jefe en la Cadena SER. Antes he pasado por los equipos de Hora 14, Radio Madrid, Fin de Semana,...