Messi ejecuta al Arsenal

Messi siempre decide. Y el partido del Barcelona ante el Arsenal no fue una excepción. El argentino apareció en la recta final del choque para iluminar a un equipo al que se le atravesó en muchos momentos el conjunto de Wenger pero que terminó con pie y medio en cuartos de final gracias a la aparición de su mesías.

El choque arrancó con la presión del Arsenal a la salida de balón blaugrana. Los de Luis Enrique no se volvieron locos y se propusieron construir el juego con más paciencia, sin arriesgar, conscientes de que un error en una eliminatoria de la Champions se suele pagar caro.

Así, la prudencia se adueñó del partido, que no ofreció grandes ocasiones en más de veinte minutos de juego. La primera fue para el Arsenal, que no abrió el marcador del Emirates Stadium de milagro. Porque Oxlade-Chamberlain recibió la pelota solo en el área del Barcelona y con Ter Stegen en el suelo. Sin embargo, disparó inocentemente a las manos del meta alemán.

Sin demasiada presencia en las áreas, el protagonismo del partido se lo llevó Sergio Busquets, con molestias en la cadera. Llegó a pedir el cambio el centrocampista del Barcelona, al que no se le vio cómodo en casi todo el partido. Pero aguantó haciendo su papel habitual, ese que tan bien le sienta a su equipo.

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De todos modos, el juego del Barcelona fue, como en los últimos partidos, menos alegre de lo habitual. No hubo esa superioridad que se percibe con solo leer la alineación. Es más, hubo momentos en que la velocidad del Arsenal a la contra fue una amenaza real.

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En cualquier caso, Luis Suárez tuvo dos ocasiones que no aprovechó para adelantar al Barça antes del descanso. En una centró a Messi cuando lo más fácil era rematar. En la otra no acertó con la portería.

En la reanudación fue el veterano Cech el que arruinó el intento de los de Luis Enrique. Iniesta cedió la bola a Neymar con un pase vertical. El brasileño se quedó solo delante del portero, que sacó su pierna derecha para evitar el tanto.

La réplica de Ter Stegen se produjo cuando a punto estaba de cumplirse una hora de partido. Fue en un remate de cabeza de Giroud, que le ganó la partida a Mascherano y cuyo testarazo se fue a la cepa del palo. Pero cuando parecía que el balón podía acabar en el fondo de la red apareció de la nada una mano el meta blaugrana.

A partir de ahí, el partido dejó de tener transiciones y se empezó a jugar en las áreas. Y en las dos. Porque tanto atacó el Arsenal como el Barcelona. Alexis, Walcott, Suárez, Messi… Todos quisieron sumarse a la fiesta de la verticalidad. Pero en esos saraos siempre mandan los mismos. En este caso, el tridente.

Porque el partido se abrió con una contra magistral del Barcelona cuya ejecución final fue obra de Neymar y de Messi. El brasileño condujo la bola para atraer la atención de los defensas del Arsenal. El argentino lo acompañó para esperar el centro en el momento justo, cuando la jugada estaba destinada a convertirse en un mano a mano con el portero.

Y como si Luis Enrique pronunciara su famoso abracadabra, Neymar centró y Messi hizo el 0-1, un resultado que en la ida de una eliminatoria de la Champions es lo más parecido a una inversión segura.

El Barcelona no se conformó con el tanto, sino que siguió buscando el segundo para rematar la eliminatoria. A menos de diez minutos para el final, el equipo de Luis Enrique lo consiguió. Con la ayuda de la defensa de Wenger, eso sí. Patada al aire de Mertesacker y a la tibia de Messi de su compañero Flamini. Torpeza por partida doble.

Messi no homenajeó a Cruyff y transformó el penalti sin ‘originalidad’ alguna, tirando a puerta, ajustando la bola al palo y despistando completamente a Cech. Era el 0-2, el tanto que servía para dejar al Barcelona en los cuartos de final de la Champions. Antes del final, Neymar la tuvo para redondear el marcador, pero el tercero no se obró por otra gran parada de Cech.

No parece que esa jugada vaya a tener demasiada trascendecia. Salvo milagro, la vuelta en el Camp Nou de estos octavos de final de la Champions está destinada a certificar el pase del Barcelona a cuartos.