La OIT cree que el desempleo mundial aumentará en 2016
La Organización Internacional del Trabajo señala como causas del repunte del paro la desaceleración del crecimiento de las economías emergentes
Madrid
El crecimiento mundial se desacelera, dice la OIT, sobre todo por el frenazo económico que están viviendo grandes potencias como China, Brasil o Rusia, y este fenómeno, combinado con y alimentado por la caída en los precios de las materias primas o el enlentecimiento del comercio mundial y la inversión, están pasando factura al empleo. Según las Perspectivas Sociales y de Empleo en el Mundo que acaba de publicar esta institución internacional, el paro creció en el mundo en un millón de personas en 2015, hasta los 197,1 millones, y prevén que ese aumento se acentúe en 2016 (con 2,3 millones de parados más) y en 2017 (que sumaría 1,1 millones más de desempleados).
El aumento del desempleo no sería homogéneo: por las razones antes indicadas, golpearía especialmente a las economías emergentes y en desarrollo, mientras que los niveles de paro bajarían ligeramente en las economías avanzadas. Eso sí, se prevé que en estos territorios aumente el empleo de peor calidad. Además, dice la OIT que el empleo que denomina “vulnerable” –el que se hace por cuenta propia y el trabajo familiar- está disminuyendo a un ritmo menor que antes de la crisis: se sitúa ahora en torno al 46% del empleo total, es decir, alcanza a 1.500 millones de personas.
Otros efectos en el empleo de la anémica situación económica global serían, pronostica la OIT, una ralentización del crecimiento de las clases medias en las economías emergentes, o incluso una parada total; un repunte en la desigualdad de ingresos entre los más ricos y los más pobres en las economías avanzadas y un aumento de la pobreza laboral en Europa.
Para combatir este panorama, la OIT recomienda reajustar las políticas: reforzar las instituciones del mercado de trabajo, diseñar buenos sistemas de protección social, velar porque las reformas financieras garanticen que el crédito llegue a la economía real y abrir la mano con las políticas de inversión y de creación de infraestructuras.