El servicio casi completo del Guardia Civil

Comunidad de Madrid

Una situación que puede calificarse de surrealista y que, sin duda, será un buen argumento para una comedia. Pero la realidad es que el agente en cuestión se pasó hora y media consumiendo alcohol rodeado de bellas señoritas en el club de alterne “El Cruce” situado en la localidad madrileña de Valdemoro.

El sancionado y su compañero estaban de patrulla en ese municipio el 8 de abril de 2013.Su función era evitar robos en áreas de aparcamiento de camiones y vigilar también las zonas industriales y comerciales para prevenir delitos.

Su turno finalizaba a las seis de la mañana por lo que la pareja de uniformados recorre en su coche patrulla todo el área bajo vigilancia hasta que deciden dirigirse al local de alterne. Ya dentro del establecimiento, el agente expedientado se toma un ron con coca cola y anima a su compañero a hacer lo mismo. Entre tanto, el verde oliva del uniforme contrastaba con la fina lencería que vestían las chicas del local.

Una hora y media se pasó en el interior el funcionario hasta que, ya harto, el propietario del establecimiento coge el teléfono y llama a la Casa-Cuartel de Valdemoro para denunciar los hechos. Incluso llega a preguntar que debía hacer con este invitado tan especial. Los mandos tuvieron que enviar dos radio-patrullas.

La Sala de Lo Militar del Supremo entiende que el agente sabía perfectamente que lo que estaba haciendo era irregular.Pero además los magistrados le recuerdan en la sentencia que acudir a este tipo de locales, armado y vestido de uniforme, es una conducta indecorosa para el cuerpo. Pero sobre todo un mensaje: mientras estuvo en el local no atendió sus cometidos de agente de la seguridad pública.

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