El Barça se da un festín ante un Betis perjudicado por el árbitro

Como si de un regalo navideño se tratase, el Barça encontró en el arbitraje del vasco Vicandi Garrido una forma fantástica de encaminar la victoria ante el Betis y cerrar así este histórico 2015 en lo más alto de la clasificación.

Tras una primera media hora marcada por el poco juego y los constantes parones llegó la jugada polémica y determinante del partido. Busquets puso un balón en largo al que se lanzó de puños Antonio Adán, portero del Betis. El exjugador del Real Madrid despejó el balón y en su camino se encontró con Messi, al que tiró al suelo de forma totalmente involuntaria.

El colegiado pitó penalti ante la sorpresa de todos, jugadores del Betis y del Barça incluidos. Neymar, que lanzó el penalti porque Messi estaba siendo atendido, estrelló el balón contra el larguero. Rakitic y Westermann pelearon por el rechazo y, con muy mala suerte, y tras golpear en el defensa alemán, el balón entró en la portería bética.

El penalti agitó al Betis, que protestó, y mucho, al árbitro su decisión. Carrusel de amarillas y tarjeta roja para Pepe Mel. Además Westermann tuvo que pedir el cambio por una lesión en la pugna por el balón con Rakitic.

En pleno enfado bético llegó el segundo gol. Neymar y Messi pusieron la quinta marcha y se fueron de la defensa bética para que el argentino, que cumplía su partido 500 con el Barça, marcase tras asistencia de Neymar.

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A partir de ahí el partido estaba finiquitado. El Betis no volvió a encontrarse y el tridente ofensivo del Barça lo aprovechó. Dos veces Messi y una vez Alves se encontraron con los palos en su camino al gol. El que sí encontró la red fue Suárez. Nada más empezar la segunda parte Sergi Busquets robó un balón y asistió a Suárez, que resolvió con maestría el gol ante Adán.

Para cerrar el año, el Barça firmó un golazo espectacular. Una jugada veloz y al primer toque que tuvo en una asistencia de tacón de Neymar a Suárez como culmen. El uruguayo acabó en gol una jugada excelsa del Barça, que puso así el punto y final a un año prácticamente inmejorable.