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REAL MADRID - BARCELONA

Un Madrid distraído

Los blancos juegan el Clásico después de semanas en las que ha habido mucho más ruido que fútbol

Cristiano Ronaldo durante la sesión de entrenamiento previa al Clásico. / PAUL HANNA (Reuters)

Cristiano Ronaldo durante la sesión de entrenamiento previa al Clásico.

Y entre la presentación de una película biográfica de un jugador, la imputación de otro, la rajada de un tercero y más de una decena de partidos internacionales -y los que no se jugaron- ha llegado el Clásico. El primero del año. Y parece que al Real Madrid le pilla mirando a otro lado.

En el último partido de Liga, de eso hace ya dos semanas aunque parece dos meses, tropezó, perdió el liderato y creó varios debates. ¿Qué le pasa a este Madrid? ¿Sus fallos en defensa? ¿Por qué Benítez no utiliza a James? ¿Dónde estaba Cristiano?

El portugués, al que todas las miradas apuntan, se fue un día después de la derrota en el Pizjuán a Londres, para, de punta en blanco, mostrar al mundo lo que dice ser su día a día. El luso está pasando, posiblemente, por su momento de forma más bajo desde que viste la zamarra blanca. Se le ve en el campo siempre con el ceño torcido, soltando alaridos que no se saben muy bien a quién van dirigidos y con una falta de puntería desconocida. Es últimamente mucho más protagonista fuera del campo, con sus ‘selfies’ diarios, que dentro de él… Y todo, mientras se deja querer por el PSG.

Luego está el caso Benzema con todo lo feo y turbio de un asunto por chantaje con un vídeo sexual a un compañero de selección y amigo de la infancia, Mathieu Valbuena. Asunto por el que está imputado. Le pilló al francés el día y medio en un calabozo de París en mitad de una lesión por el que no juega desde principios de octubre. En la convocatoria está, la cuestión ahora es saber si Benítez lo ve, físicamente y mentalmente, OK para jugar ante, ni más ni menos, que el Barça.

En duda está también si Benítez pondrá de inicio a James, que ya se quejó antes del partido del Sevilla de no jugar a pesar de llevar ya dos semanas apto para hacerlo. Luego vinieron aquellos minutos finales en el PIzjuán, con golazo incluido, y 180 minutos más con la camiseta de Colombia. “Si creemos que nos puede aportar lo que necesitamos, jugará”, se ha limitado a decir Benítez.

El madrileño está en el punto de mira y el Clásico no es un partido más, por mucho que él se empeñe en disfrazarlo en sala de prensa. "Me juego, como todo el madridismo, tres puntos importantísimos para estar peleando por la Liga hasta el final".

Apenas han pasado cuatro meses desde que tomase las riendas del Madrid y ya hay debate. A él, como a muchos otros antes, no se le dan muchas oportunidades para el tropiezo. Y ya lleva alguno que otro. Empató en el Calderón (1-1), ganó con milagro incluido ante el PSG en Madrid (1-0) y se trajo un punto de París (0-0) en un partido bastante rácano. Y perdió en el Pizjuán en un partido en el que se adelantó, en el que toda su defensa hizo aguas y en el que dejó a James, autor del segundo gol, en el banco a pesar de su proclama de llevar bien ya quince días.

Tiene ahora la prueba mayor, la madre de todas las pruebas a estas alturas de temporada, -ya vendrán los octavos, cuartos y demás de Champions-, el Barça. Una prueba en la que tiene más que perder que ganar, aunque, afortunadamente para él, no parece que sea una prueba definitiva.

 
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