Mercedes Alaya denuncia las presiones y obstáculos del poder político
La magistrada, en su discurso de aceptación del premio a ‘Mejor jurista del año’, critica la falta de voluntad política para luchar contra la corrupción
Madrid
El acto de entrega del galardón bien podría haberse llamado ‘Mercedes se sincera’. Entre otras cosas porque hemos conocido, de su propia voz, las dificultades de ser madre y magistrada a la vez. Ese hijo pequeño que se quedaba dormido en la alfombra viendo a su madre trabajar en el portátil o esa juez de instrucción en la Costa del Sol, tomada por las mafias rusas y con asesinatos casi diarios. Una magistrada que ha transmitido a los alumnos de Derecho la soledad del instructor.
Luego llegó a Sevilla, el juzgado número 6, el caso Ere, el caso Mercasevilla…Y muchos obstáculos desde el poder político y ejecutivo para dificultar la instrucción. “Si desde la justicia no podíamos acabar con la crisis económica, si podíamos acabar poco a poco con la corrupción, con ese cáncer de la democracia. Lo hicimos con un solo funcionario, no teníamos más”, ha señalado.
Pero lo más duro ha llegado a la hora de criticar la reforma de la ley de enjuiciamiento criminal, una reforma que para esta magistrada supone un ataque directo a la independencia judicial al eliminar los políticos los mecanismos de los jueces para luchar contra la corrupción.