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Chino desnudo enseña a ligar a chino desnudo en 'Adán y Eva'

El dating show de Cuatro dejó este miércoles divertidos momentos entre dos participantes asiáticos

Yan, participante en 'Adán y Eva' / MEDIASET

Yan, participante en 'Adán y Eva'

Madrid

La audiencia de la segunda edición de 'Adán y Eva' es peor que en su primera temporada, pero -todo hay que decirlo- el dating show de Cuatro ha ganado en chispa y gracia. Por momentos, y sin perder su esencia, se asemeja al tono de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?', el dating show más exitoso de Cuatro que también produce Eyeworks España.

En el episodio de este miércoles (que marcó un 8,1% con 1,4 millones de espectadores), el cuarto de esta segunda temporada, el espectador se encontró con tres adanes (chicos que buscan pareja) y una Eva (chica que busca pareja). No es el caso habitual de cada episodio, así que la propuesta ya invitaba a los fans del programa a seguir viéndolo. Y, la verdad, es que no se habrán podido sentir defraudados, porque esta cuarta entrega de la temporada ha dejado momentos dignos de cualquier zapping; como ese en el que dos chinos desnudos se ponen intercambiar técnicas de seducción al más puro estilo macho alpha.

Los protagonistas en cuestión de este episodio fueron tres chicos y una única chica. Por un lado, Débora, extremeña avezada en relaciones de pareja y en flirteos esporádicos con chicos que acude a la isla para encontrar una persona con la que volver a hallar la estabilidad personal y amorosa. Una chica normal, sin demasiadas estridencias.

Su primer Adán, con el primer chico que se topa en la isla, es Yan, un chino ingenuo, muy tierno y fan absoluto de Malú. Reside en España desde hace cuatro años, cuando llegó a La Rioja para estudiar enología. Tiene algún problema para entender el castellano, aunque eso no le impide aprenderse de memoria las canciones de Malú y cantarlas sin pudor. Sólo ha tenido una novia en su vida -aunque cueste creerlo por lo visto en el episodio donde no parecía saber ni besar a la chica- y le asusta enormemente acercarse a una mujer en una discoteca.

Evidentemente, Débora se quedó a cuadros a ver qué chico le tenía reservado el programa para iniciar una relación. Aunque se mostró abierta a conocer a Yan, no pudo evitar su cara de sorpresa y confesó que nunca había tenido nada con un asiático.

La sorpresa, en este caso para los dos fue cuando apareció el segundo Adán: Simbo, otro chico chino, afincado en Valencia, de mejor físico y con una gran, gran autoestima. Tanta, que se denomina a sí mismo como "el chino sexy de Valencia". Llegó arrasando, captó a la primera la atención de Débora, pero su actitud chulesca y prepotente no terminó de cuajar en la chica.

Turno para el tercer Adán, Abraham, un gaditano que sí que conectó a las mil maravillas con Débora y que, una vez que apareció él, los dos Adanes asiáticos quedaron poco menos que de floreros.

Buen momento para afianzar la relación entre los dos compatriotas asiáticos y así olvidar su condición de palmeros en este affair que acababa de surgir entre Débora y Abraham. Yan no tuvo reparos en abrirse de par en par y mostrar sus inseguridades a la hora de abordar a una chica, pidiendo consejo al ególatra Simbo que estuvo encantado de ayudarle… al tiempo que se echaba unas risas a su costa.

La secuencia de imágenes muestra a Simbo asesorando a Yan con consejos tales como entrar a las chicas en una discoteca de manera directa y lanzándoles piropos soeces. Después, se ponen a ensayarlo. No se sabe si la cosa es para reír o llorar.

Habrá que quedarse con lo primero, a sabiendas que este tipo de formatos tienen como objetivo el entretenimiento puro y duro. De ahí que en los castings elijan a lo mejorcito de cada casa…

 
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