Los presupuestos obligan al Congreso a colgar el "cartel de abierto" en agosto
60 altos cargos comparecerán esta semana en la Cámara para la tramitación de unas cuentas que el Gobierno quiere aprobar antes de las elecciones "por responsabilidad y para dar estabilidad a la economía". La oposición acusa al PP de hacer un uso partidista y propagandístico ya que será otro gobierno el que tenga que gestionar el presupuesto tras la cita con las urnas
Vista general de hemicíclo de Congreso de los Diputados(EFE)
Madrid
Tras unas de las vacaciones parlamentarias más cortas de la historia, el Congreso reabre sus puertas esta semana, en un mes habitualmente inhábil, para tramitar los presupuestos generales que el Gobierno aprobó en Consejo de Ministros el pasado 31 de julio. A lo largo de tres jornadas maratonianas, en sesiones de mañana y tarde, cerca de 60 altos cargos comparecerán a partir de este martes en nueve comisiones parlamentarias para informar de las cuentas de sus respectivos departamentos.
La ronda se abrirá con la comparecencia del gobernador del Banco de España, Luis María Linde, e incluirá, entre otros, a todos los secretarios de estado de los distintos ministerios, al director de la Agencia Tributaria, el presidente de RTVE, el INE y el CIS, además de los máximos responsables de ADIF o Renfe.
"Presentándolos ahora y dejándolos aprobados dotamos a la economía española de estabilidad y de credibilidad y aprovechamos ese viento favorable que hemos logrado entre todos y que se empieza a percibir con el crecimiento económico", señala el portavoz de Presupuestos del PP, Jaime de Olano, que considera que estamos ante las "cuentas de la recuperación con un marcado carácter social". "Se trata de devolver a los ciudadanos parte del bienestar que esta crisis se ha llevado por delante", explica Olano quien añade que, pese al adelanto de la tramitación para que dé tiempo a aprobarlos antes de la disolución de las Cortes, "se trabajará con el mismo rigor e intensidad que merece la ley más importante que se aprueba cada año en la Cámara".
La oposición, sin embargo, afronta la tramitación con críticas tanto al contenido como por la forma elegida por el PP para sacar adelante un nuevo presupuesto a las puertas de las elecciones generales. "Es un insulto a la democracia, lo que quieren es dejar atado y bien atado un modelo de sociedad, un modelo de política económica, un estado del bienestar mínimo y un sistema de pensiones privatizado, mediante un presupuesto que es pura ideología de derechas", señala el socialista Pedro Saura para quien estos presupuestos representan "un nuevo hachazo en materia social".
La Izquierda Plural ha renunciado a solicitar comparecencias parlamentarias como gesto simbólico de protesta ante lo que su portavoz, José Luis Centella, tilda como una "pasarela electoralista del Gobierno", que no responde a las necesidades del país y los ciudadanos.
Críticas similares expresan Rosa Díez de UPyD, quien considera que "estos son los presupuestos a la medida de Rajoy, son grises e insolidarios, como él. Son un insulto al Parlamento, por su tramitación, y un insulto a los ciudadanos por su contenido. Representan el broche final a una legislatura mediocre y sin coraje".
Convergencia y PNV también han anunciado ya sendas enmiendas a la totalidad a los presupuestos. Para el portavoz convergente en el Congreso, Pere Macías, "son unos presupuestos recentralizadores, que suponen el segundo peor año de la historia en lo que se refiere a inversiones para Cataluña, y vamos a ponerlo de relieve". Por su parte, Pedro Azpiazu, del Grupo Vasco en el Congreso, considera que "sólo tienen un sentido electoral, creo que es un fraude democrático a los ciudadanos".
