Díaz y Sánchez, la foto más esperada en plena lucha soterrada en el PSOE
Cuando se cierren las urnas acaba la tregua: los socialistas andaluces dan por hecho que cosecharán otra victoria y harán valer sus resultados en el conjunto del partido
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Alcalá de Guadaíra
Pedro Sánchez y Susana Díaz han coincidido en el primer y único mitin en Alcalá de Guadaíra, histórico municipio socialista del área metropolitana de Sevilla. La imagen del abrazo de los dos juntos ha tenido que esperar a que Susana Díaz le diera la palabra a Sánchez. En las fotos de familia, tanto al principio como al final, cada uno ha estado en una punta del escenario abrazando a los simpatizantes. Ella ha llegado veinte minutos antes que él al reciento y se saludaron en la sala VIP para después descender la escalera repartiendo besos cada uno por su lado.
Ambos han sido muy aplaudidos, al grito de 'presidenta' y 'presidente' con palmas flamencas y mucha algarabía. Los halagos de los teloneros se los ha llevado ella, a la que han llamado el "talismán del PSOE andaluz". Díaz ha sido la primera en tomar la palabra y ha exhibido músculo del PSOE andaluz. Ha dicho que "ganarán sus terceras elecciones" tras las europeas y las autonómicas. A Pedro Sánchez no lo ha mencionado hasta muy avanzado su discurso cuando ha señalado que cuenta con él para remar a favor de Andalucía en el nuevo tiempo. "Hemos abierto una nueva etapa, y en ese nuevo tiempo nos van a acompañar los alcaldes y alcaldesas. Nos vas a acompañar tú, Pedro, y nos van a acompañar todos los socialistas de España. Y os pido que estemos a la altura de un gran pueblo como Andalucía", ha asegurado.
Sánchez se ha agarrado a esas palabras para vaticinar también una victoria socialista en el conjunto del país. "Lo decía Susana y ahora lo digo yo, el PSOE va a ser el 24 de mayo la primera fuerza en España. Vamos a ganar y vamos a abrir un nuevo tiempo político", ha gritado. También ha bromeado diciendo que Susana Díaz es más joven que él y que, según Albert Rivera, no puede regenerar la política española. Los discursos de ambos han confluido en las críticas a Rajoy. La presidenta en funciones lo acusa de castigar a Andalucía para que le salgan las cuentas el 24 de mayo y Pedro Sánchez se ha mostrado seguro de que Susana Díaz será presidenta pese al bloqueo de la oposición.
Sánchez y Díaz coinciden dos meses después de la oferta de alianza que el dirigente nacional hizo a la presidenta en funciones en un mitin en Almería. Aquel "tú a San Telmo yo a la Moncloa" no gustó en las filas andaluzas del PSOE, que insistieron en que hay unas primarias convocadas y que ese mitin, en plena campaña de las autonómicas andaluzas, no era el lugar para amarrar el apoyo andaluz.
Susana Díaz lo ignoró entonces y sigue escudándose en la neutralidad antes de darle su apoyo en público. El escenario, no obstante, ha cambiado: todos los barones, a excepción del valenciano Ximo Puig que mira de reojo a Andalucía, han presentado a Sánchez en los mítines como futuro presidente. Así lo han coreado también las gradas, plaza de toros de Valencia incluida.
Pese a ello, el PSOE andaluz aguarda al recuento del domingo. Se cierran las urnas y acaba la tregua. Fuentes andaluzas dan por hecho que, frente al debate de si el PSOE es o no primera fuerza de la izquierda en el conjunto de España, Díaz cosechará en Andalucía su tercera victoria consecutiva (europeas, autonómicas y ahora municipales) y callará así a quienes han sugerido en su partido que el bloqueo de la investidura la desgasta. Es más, barruntan que quedará demostrado que quien tiene que tirar del carro es el PSOE andaluz.
Por lo pronto, Susana Díaz ya se ha visto en la campaña con todos los dirigentes territoriales de peso del partido. Además de dejarse fotografiar con Eduardo Madina, que fue rival en primarias de Pedro Sánchez, la presidenta en funciones ha tenido ya mítines con Javier Fernández, Guillermo Fernández Vara y Emiliano García Page.
En Ferraz dicen no temer estos movimientos. Cuentan con que Pedro Sánchez ya está consolidado como jefe de filas y que será difícil que le presenten una alternativa, al menos una alternativa seria con posibilidades de prosperar. Y cuentan también con una baza a la que dan bastante importancia: Pedro Sánchez tiene la legitimidad de haber sido elegido en primarias y, diez meses después de haber llegado al puesto, quien intente plantar batalla interna tendrá que asumir el coste. Porque en Ferraz dan por hecho que las bases no ven con buenos ojos las disputas internas. Quizá por ello, para evitar el ruido, cuidan cada palabra y cada gesto que tenga que ver con la potente federación andaluza.