Un pulso antinuclear que acabará en la cárcel por no pagar la luz
Máximo García está condenado a 119 días de cárcel, tras llevar ya casi 20 años cuestionando el funcionamiento de la Central Nuclear de Almaraz
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Central nuclear de Almaraz (Cáceres) / Frobles (Wikimedia Commons)
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Cáceres
Máximo García, presidente de la asociación de Afectados por la Central Nuclear de Almaraz ingresará en prisión en próximos días tras dos décadas de activismo y detenciones en múltiples protestas. La última es en forma de impago de más de 6.000 euros de consumo eléctrico, “una energía procedente de fuentes nucleares contaminantes y nocivas”, afirma.
Está condenado a 119 días de cárcel, tras llevar ya casi 20 años cuestionando el funcionamiento de la Central Nuclear de Almaraz. Pone como ejemplos una fuga radioactiva del 13 de julio de 1988 o la aparición en 2008 de miles de peces muertos en el Tajo en una zona próxima a la presa de Arrocampo, embalse que refrigera a la Central Nuclear de Almaraz. En 2010 se encadenaba, de nuevo, a la puerta de la Central para pedir el cierre y que no se renovase la licencia.
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Máximo García asegura que su hijo padeció 13 años el sarcoma de Edwing, “una enfermedad natural de Jaraíz de la Vera”. / Justo Pérez
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Máximo García asegura que su hijo padeció 13 años el sarcoma de Edwing, “una enfermedad natural de Jaraíz de la Vera”. / Justo Pérez
Un activismo que le ha acarreado diversas detenciones con los consiguientes antecedentes judiciales a los que ahora suma más de 6.000 euros sin pagar por el enganche para el suministro de electricidad. Así lleva nueve meses. Por ello, la pasada semana, se le ha notificado el requerimiento de ingreso en prisión y aunque no concreta la fecha, planifica un acto reivindicativo antinuclear cuando se produzca su llegada al centro penitenciario de Cáceres, “con pancartas y gente que llegará desde distintos pueblos para seguir denunciando que la energía nuclear no es limpia”.
Denuncia además presiones de todo tipo, amenazas de muerte incluidas, tanto a él como al resto de miembros de la Plataforma de Afectados que se ha visto mermada en los últimos años. Pasando de más de 800 miembros a poco más de una decena en la actualidad.
Asegura Máximo García que su propio hijo padeció 13 años el sarcoma de Edwing, “una enfermedad que se ha disparado en Jaraíz de la Vera”, de donde es natural. También dice que no aceptó dinero por parte de la Central Nuclear de Almaraz, “no me iban a callar así y ahora lo intentan de otra manera”.
Los apoyos le han llegado en múltiples ocasiones desde la Plataforma Antinuclear Cerrar Almaraz aunque él no pertenece a la misma ni al Foro Antinuclear. Una guerra por su cuenta en la que se juega con su libertad uno de sus últimos cartuchos.