Hedonismo, placer y color en el Thyssen
El Museo Thyssen-Bornemisza inaugura una retrospectiva de Raoul Dufy que marca distancias con la etiqueta de 'pintor hedonista' del artista francés


Madrid
En 1946, la escritora y mecenas Gertrude Stein dijo: "Raoul Dufy es el placer". Sus escenas de regatas, de carreras de caballos, retratos del ocio mundano de principios de siglo le valieron la etiqueta de pintor hedonista. El estereotipo se comió a su pintura y Dufy cayó en el olvido.
"La vida no siempre me ha sonreído, pero yo siempre le sonrío a la vida", dijo Raoul Dufy (1877-1953). Y quizá el optimismo no guste a críticos e historiadores. Pero esta exposición marca distancias con ese cliché y muestra la evolución del pintor desde el impresionismo al fauvismo, pasando por el cubismo hasta llegar a un estilo personal. El Thyssen acoge más de noventa obras del artista francés, entre óleos, acuarelas y grabados, pero también jarrones, azulejos, sus ilustraciones para el 'Bestiario' de Apollinaire o sus estampaciones en telas para el modista Paul Poiret y la empresa textil Bianchini-Férier.
Considerado uno de los grandes de la Escuela de París, Dufy se convirtió "en un pintor olvidado o recordado sólo por los estudiosos", según Guillermo Solana, director artístico del museo, que pretende poner en valor la obra de este pintor cuya complejidad "a menudo ha sido pasada por alto".


Juan Ángel López-Manzanares, conservador del museo y comisario de la muestra, dice haber planteado "una exposición sencilla" con una concepción cronológica de la trayectoria del artista. Sostiene López-Manzanares que su trabajo como comisario ha girado en torno a tres ideas: Mostrar a Dufy como un gran maestro, "uno de los más dotados, gran dibujante con mucha sensibilidad del color y conocedor ed los medios técnicos, con los que experimentó para lograr una pintura fluida y brillante"; mostrar a un artista que a lo largo de su carrera "no dejó de buscar medios para encontrarse a sí mismo"; finalmente, profundizar en una pintura que está entre dos polos, "su atracción por la belleza de la realidad y la construcción del cuadro como ente autónomo".


Dufy investigó toda su vida acerca de la capacidad del color para generar luz y vivió el placer constante de la búsqueda. Dijo el pintor: "La historia en sí misma no importa, lo que importa es la manera de contarla".