'París D.F.' o cómo ensanchar la vida
El mexicano Roberto Wong publica su primera novela, 'París D.F.', galardonada con el Premio Dos Passos a la primera obra
Madrid
Tiene 32 años y nació en Tampico, Tamaulipas, México. Vive en San Francisco y trabaja en una empresa de comunicación on line. Le llevó dos años escribir esta novela, tras un intento fallido anterior que acabó en la papelera. 'París D.F.' (Galaxia Gutenberg) nació siguiendo los pasos de Hemingway en la capital francesa: "Fui a los lugares donde Hemingway había estado, recorriendo los cafés donde él había estado, yendo a la librería Shakespeare and Company donde él había estado, y lo buscaba un poco como una sombra; cuando termina ese viaje, curiosamente también termina una relación que tenía con una chica, regreso a México y en mi imaginación los dos mapas -el de París y el de México D.F.- se pusieron uno sobre otro".
'París tiene una superficie de 105 kilómetros cuadrados. Esto corresponde al siete y medio por ciento de la superficie de la Ciudad de México. Sobrepuse los mapas y empecé a calcular'. Así comienza esta novela protagonizada por un joven llamado Arturo, que vive dejándose vivir, dejándose llevar, entre el hastío y la displicencia: "Arturo es un personaje que trabaja en la farmacia París; a partir de un asalto a la farmacia, su mundo se descoloca y busca salir de lo ennegrecido cotidiano. Además, Arturo quiere ser poeta y teje sus afectos y una serie de anécdotas personales con París para tratar de encontrar un París imposible dentro de la Ciudad de México y utiliza una intersección de mapas para encontrar esas coincidencias".
Así, el protagonista de 'París D.F.' inicia una especie de viaje por lugares turísticos de la ciudad de París que en realidad corresponden a otros espacios del D.F. y, en este viaje, Arturo se va a encontrando con personajes y situaciones que le llevan a vivir experiencias cargadas de sexo y violencia que, "al final del día, desembocan en lo que estaba buscando: el asombro".
¿Por qué París y no cualquier otra ciudad del mundo? París, explica Wong, es un símbolo en su propia vida: "Es una novela que habla sobre el anhelo de París y ese anhelo es un símbolo, es una metáfora de convertirme en escritor". Dice el autor que, aunque la novela no es autobiográfica, tiene mucho de él: "Yo no quería hablar de mi generación, yo sólo quería hablar de mis obsesiones, mis obsesiones relacionadas con cómo hacer más grandes los días, cómo hacer más grande la realidad, y Arturo y yo compartimos eso". Arturo, su personaje, pregunta en un momento de su viaje: "¿No podría inventarme otra vida?" ¿A cuánto la vida completa?". Wong confiesa que él mismo usa la literatura "como un medio para ensanchar mi propia vida, de acceder a las experiencias de otros, por eso escribo".
Roberto Wong está trabajando ya en su segunda novela, "una historia sobre un viaje imposible de un grupo de personas que van a en un barco y quieren fundar un país en medio de la nada". El mexicano admite que "lo imposible" es una constante en su obra, "una cuestión permanente y una de mis obsesiones y me parece que es algo que nos ha enseñado El Quijote: las misiones imposibles son las que merecen la pena. Arturo es una especie de Quijote y su Dulcinea es París".
