La inyección económica del PP llevó a Libertad Digital a alentar la conspiración del 11-M

Madrid

El 9 de septiembre de 2004, con una situación financiera muy difícil, la junta de accionistas de la empresa decidió lanzar una ampliación de capital para intentar conseguir más de 5 millones euros con los que intentaba superar ese maltrecho balance. La compañía pretendía captar el dinero a través de lectores y amigos.

Los inversores que podían acudir sabían esta realidad. Por eso se buscó financiación en el Partido Popular alegando que ideológicamente estaban cercanos. Y por eso en las declaraciones de Ángel Acebes y Alberto Recarte ante el juez se reconoce que hubo reuniones en septiembre y octubre de ese año para decidir esa inversión.

No había concluido diciembre de 2004 cuando Libertad Digital incrementó la presión con sus teorías de la conspiración abriendo sus medios a todos aquellos que aireaban esas ideas, pero sobre todo que mostraran una oposición completa a la investigación que se practicaba desde la Audiencia Nacional.

Nada mejor para ambas partes ya que las posiciones ideológicas eran coincidentes. Por un lado un PP que no había logrado superar sin estridencias su derrota electoral y al que una parte de la sociedad calificaba como el responsable de la “mentira de estado” del 11-M. Del otro, un grupo de comunicación muy escaso de dinero, pero sobre todo muy empeñado en continuar atacando al magistrado instructor de este sumario, el entonces juez de la Audiencia Nacional, Juan del Olmo.

No quedaban obstáculos en el camino para que ambas partes se entendieran por lo que en diciembre de 2004 la operación se cerró y Libertad Digital logró casi medio millón de euros que salieron del Partido Popular. Y a partir de ahí, policías, tedax, testigos y magistrados soportaron una cascada de acusaciones, críticas directas y presuntos informes de especialistas que han llegado hasta hoy.

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