La travesía de Gallardón y el aborto

Alberto Ruiz-Gallardón no esperó mucho. Su primera comparecencia como ministro de Justicia en el Congreso -25 de enero de 2013- fue para anunciar una reforma legal del aborto. "Nos inspiraremos en la doctrina del Tribunal Constitucional", aseguró, y dio la primera pista: exigir el consentimiento paterno para el aborto de una menor.

El anteproyecto que el ministro presentó al gobierno eliminaba el sistema de plazos, vigente en casi todos los países de nuestro entorno, y regresaba al sistema de supuestos, que había contemplado la primera despenalización del aborto de 1985. Sin embargo, Gallardón estaba dispuesto a eliminar de esos supuestos el de malformación del feto, con el argumento de que los discapacitados no podían tener menos derechos, incluyendo a los no nacidos.

El 20 de diciembre de 2013, el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de ley. Gallardón aseguró entonces que todo el gobierno estaba de acuerdo en su texto. "A partir del momento en que un proyecto es aprobado por el consejo de ministros ya es un proyecto del gobierno". Sin embargo, la reforma estaba siendo incómoda. Era un tema poco lucido, espinoso, del que evitaban hablar, sobre todo, las ministras y mujeres del PP. Preguntar, por ejemplo, a Ana Mato, ministra de Sanidad, por este tema, era imposible. Siempre eludía la pregunta.

Poco a poco, el Gobierno fue poniéndose de perfil y se dilataron los tiempos que tenía programados el ministro Gallardón. Escuchar sus excusas por los retrasos, informes, dictámenes que se iban pidiendo, resulta grotesco: "El próximo mes de octubre", "Antes de Navidad", "Es inminente", "Antes de que acabe el verano"....la fecha de llegada del proyecto de ley al Congreso se iba posponiendo en medio de una generalizada incomodidad por haber creado alarma social donde no la había.

La presión de la Iglesia Católica y de los grupos antiabortistas ha pendido como espada de Damocles sobre el cuello del gobierno del PP, y no ha dejado de reclamarle lo que en su programa electoral figura: "Cambiaremos el modelo de la actual regulación del aborto para reforzar la protección del derecho a la vida así como de las menores".

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Sin embargo, este proyecto de ley pegajoso, profundamente reaccionario, en las antípodas de otras leyes europeas, que se ha llevado por delante la imagen abierta y moderada de Alberto Ruiz-Gallardón, que un día dijo solemne: "Probablemente lo más progresista que yo haya hecho en mi vida política es defender el derecho a la vida".