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'CASO BANKIA'

El Banco de España advirtió los primeros problemas siete meses antes del rescate

El exdirector general de Supervisión del Banco de España, Jerónimo Martínez Tello, ha declarado como testigo en la causa que investiga la fusión y salida a Bolsa de la entidad

'Cuartel general' de Bankia en las Torres Kio de Madrid(REUTERS/Juan Medina)

'Cuartel general' de Bankia en las Torres Kio de Madrid

El jefe del grupo de auditores del Banco de España, Antonio Casaus, advirtió en diciembre de 2010 del riesgo del ladrillo en Caja Madrid y afeó que los directivos se repartieran bonus y pluses mientras las cuentas caían.

Bankia fue intervenida y nacionalizada en mayo de 2012, mediante un rescate que costó 23.000 millones de euros y puso en jaque el sistema financiero español e incluso la estabilidad del país.

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Muchos asistieron con sorpresa al derrumbe del gigante producto de la fusión de siete cajas, pero sus problemas comenzaron a ser avistados mucho antes por el Banco de España, según ha declarado esta mañana como testigo ante el juez Fernando Andreu, uno de los principales directivos del supervisor en la época, Jerónimo Martínez Tello. En octubre de 2011, siete meses antes de la intervención, y tres después de su salida a Bolsa, ya fueron advertidos por el Banco de España los primeros males de la entidad. La pregunta era clara: ¿Por qué no se intervino?. La respuesta, porque esos problemas iniciales no comprometían los ratios de solvencia. De haber actuado con premura, sostienen diversos expertos consultados, no se habría evitado la caída de Bankia pero al menos se hubieran minimizado los daños y el coste del rescate.

"Extrañísimo y sorpresivo" informe del FMI

Jerónimo Martínez Tello también ha calificado de "extrañísimo y sorpresivo por el momento en que se produjo y por su contenido" el informe de avance del Fondo Monetario Internacional (FMI), que el 25 de abril de 2012 advirtió de la difícil situación de Bankia cuando tan solo un mes antes había aprobado sus cuentas que arrojaban un beneficio de 309 millones.

Ese informe "aceleró" los acontecimientos en Bankia y provocó que se acortasen los plazos para la presentación de un plan de viabilidad. Un segundo plan presentado por el entonces presidente, Rodrigo Rato, que fue rechazado por Economía, lo que provocó la dimisión del exvicepresidente económico de Aznar y la entrada al frente de Bankia de José Ignacio Goirigolzarri. Martínez Tello dice que el 3 de mayo de 2012 conversó con Rodrigo Rato, en la víspera de la presentación de su plan para salvar Bankia, y éste le comunicó que había problemas para mantener la estrategia de incorporar a Goirigolzarri como consejero delegado de la entidad.

El jefe de los inspectores critica a la cúpula de Caja Madrid

También ha comparecido como testigo Antonio Casaus, el jefe del grupo de inspectores del Banco de España, quien ha ratificado el contenido del informe que elaboró el 3 de diciembre de 2010, en el que censuraba con dureza que la cúpula de Caja Madrid siguiera repartiéndose bonus y pluses a pesar de la difícil situación en la que se encontraba la caja, ya por entonces presidida por Rodrigo Rato.

Muy gráfico, Casaus ha explicado que se antepusieron los intereses de los consejeros a los de la sociedad, sobre todo en materia retributiva, repartiéndose bonus cuando no había excedentes. Ha censurado los abusos en la expansión inmobiliaria de Caja Madrid, el excesivo riesgo por el enorme peso del ladrillo y las irregularidades en las tasaciones inmobiliarias, carentes de control.

La gestión de Olivas "causó daño" al Banco de Valencia

Jerónimo Martínez Tello también ha sido muy duro con la gestión del Banco de Valencia, mientras fue presidido por el expresidente del Gobierno valenciano, José Luis Olivas, imputado en dos juzgados de la Audiencia Nacional. Olivas y Domingo Parra, su consejero delegado, se dedicaron a marear la perdiz ante los requerimientos del supervisor, según el testigo.

En julio de 2011, según Martínez Tello, el Banco de España comunica a ambos que necesitan un plan de reestructuración de entre 700 y 800 millones de euros y quedan para una segunda reunión. Un segundo cónclave al que no asiste el consejero delegado y en el que el Banco de Valencia tampoco aporta el plan para salvar la entidad. Días después dimitió José Luis Olivas. Un abandono "improvisado", en palabras de Martínez Tello, que causó "un gran daño" a la entidad.

Las causas de la dimisión no fueron aclaradas al principio, pero los acontecimientos posteriores pueden explicarlo. A Olivas le sustituyó Aurelio Izquierdo en la presidencia del Banco de Valencia, quien comunicó poco después al Supervisor que con los 800 millones iniciales no habría suficiente, sino que harían falta de 1.000 a 1.200 millones, según el testigo. El Banco de España se dio cuenta de que no había plan para salvar el Banco de Valencia y pidió la intervención inmediata de la entidad.

 
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