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CRISIS PRESUPUESTARIA EN EEUU

El Senado de EEUU aprueba el acuerdo para evitar la suspensión de pagos

Por 81 votos a favor frente a 18 en contra el Senado ha dado luz verde a la propuesta bipartidista para reabrir la Administración federal

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama durante una rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca, Washington(EFE)

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama durante una rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca, Washington

La propuesta, que será sometida a voto esta noche por la Cámara de Representantes, garantiza los fondos para el funcionamiento federal hasta el 15 de enero y eleva el techo de deuda hasta el 7 de febrero

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"Los ojos de todo el mundo estaban en Washington", decía Harry Reid, "y hoy verán un acuerdo bipartidista histórico" para reabrir el gobierno y que el país pueda pagar sus facturas, tras una negociación "realmente difícil". "Después de semanas gastadas con divisiones partidistas que a veces parecía demasiado amplias para superar nuestro país estuvo al borde del desastre, pero al final los adversarios políticos dejaron a un lado sus diferencias y desacuerdos para prevenir ese desastre", añadía.

El plan que ha acordado el Senado da fondos al gobierno hasta el 15 de enero y extiende el techo de deuda hasta el 7 de febrero a cambio de negociaciones sobre gastos e impuestos.

Mitch McConell ha remarcado que con este acuerdo se mantienen los recortes al presupuesto que consiguieron tras otra batalla fiscal en 2011, conocidos como el secuestro. Aunque reconocía que no es una gran victoria. "Es bastante menos de lo que muchos de nosotros esperábamos, pero bastante mejor de lo que algunos buscaban. Es hora para los republicanos de unirnos detrás de otros objetivos cruciales", dijo.

Una vez que anunciado el acuerdo, el Senado lo ha sometido a votación. Después, será el turno de la Cámara de Representantes. El portavoz de John Boehner ha emitido un comunicado en que asegura que "seguirán luchando" contra Obamacare, pero no bloqueará la votación en la Cámara. "Hemos peleado una buena pelea", decía el Portavoz en una radio de Cincinnati, "sólo que no hemos ganado"

El pacto incluye la celebración de unas conferencias con negociadores de los dos partidos en la que intentarán lograr un acuerdo sobre gastos e impuestos para la próxima década. Tienen de plazo hasta el 13 de diciembre. Reid y McConell han reconocido que esto será muy complicado.

La Casa Blanca espera que los congresistas hayan aprendido "las dolorosas consecuencias" que tienen este tipo de callejones sin salida presupuestarios, aunque muy pocos en Washington confían en no volver a ver este tipo de shows.

Derrota republicana

Los republicanos no han conseguido cambiar nada sustancial de la reforma sanitaria. El senador Lindsey Graham ha valorado las dos últimas semanas como "muy malas para el movimiento conservador" y John McCain ha lamentado que este ha sido uno de los "capítulos más vergonzosos" que ha visto en los años que lleva en el Senado.

El acuerdo incluye procesos de verificación para los que busquen subsidios bajo la ley sanitaria, pero los republicanos han cedido en sus intentos de modificar a fondo la ley, incluyendo el impuesto sobre el instrumental médico que servirá para financiarla.

Los republicanos del Tea Party, como Ted Cruz, que en las últimas semanas retrasó el proceso para dar fondos al gobierno y finalmente consiguió cerrarlo, ha dicho que no bloqueará esta votación, aunque criticaba el acuerdo y prometía seguir luchando. "Desafortunadamente, parece que una vez más el establishment de Washington se ha negado a escuchar al pueblo americano", decía Cruz.

Aviso de las agencias de calificación

Los esfuerzos por alcanzar un pacto aceptable para los dos partidos cobraron todavía más urgencia después de que Fitch, la tercera agencia de calificación de crédito, decidiera poner la calificación de la deuda de EEUU a largo plazo en perspectiva negativa. Es decir, si finalmente no hubiera acuerdo, Fitch podría quitarle a EEUU el sobresaliente (AAA). Eso fue precisamente lo que ocurrió en 2011, cuando un acuerdo de última hora para evitar la suspensión de pagos, no impidió que S&P rebajara la nota de EEUU.

El Secretario del Tesoro, Jacob Lews, explicó que el gobierno agotaría su capacidad de tomar dinero prestado el 17 de octubre. Después de esa fecha, no estaría garantizado que EEUU pueda pagar sus facturas, aunque el momento exacto en el que eso ocurriría puede ocurrir días o semanas más tarde.

El Estado sólo contará con el dinero que tiene en efectivo (unos 30.000 millones de dólares) y con lo que recauda por impuestos. Esa cantidad es insuficiente para cubrir los pagos en intereses de la deuda, pensiones y contratistas, entre otras partidas. El gobierno gasta de media al día 2.500 millones de dólares. Con esas cifras, más lo que ingresa, el dinero se agotaría en algún momento entre el 22 de octubre y el 1 de noviembre. Entonces, el Tesoro tendría que suspender pagos.

 
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