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Felipe se convierte en el séptimo rey de los belgas tras la abdicación de Alberto II

El nuevo rey de Bélgica ha jurado solemnemente su cargo en el trono en una ceremonia austera y entre los aplausos de los asistentes

Los nuevos monarcas, Matilde y Felipe de Bélgica, saludan a la población desde el balcón del Palacio Real después de su toma de posesión(EFE)

El pasado 3 de julio, Alberto II de Bélgica anunció por sorpresa en un breve discurso televisado su decisión de abdicar por motivos de salud. Es el segundo monarca europeo que abdica este año.Su hijo, el príncipe Felipe, ha prestado juramento como nuevo rey en una ceremonia sencilla y sin la presencia de las casas reales extranjeras. Después, los nuevos monarcas han saludado desde el balcón del Palacio Real a los ciudadanos que se congregaban en los alrededores.

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Bélgica ha celebrado este domingo, día de su fiesta nacional, la abdicación de Alberto II y la entronización de su hijo Felipe, de 53 años, como nuevo rey -el séptimo que conoce el país desde su fundación en 1830-, en una ceremonia austera que costará 600.000 euros y a la que no estaban invitadas las familias reales extranjeras.

Alberto II, de 79 años, anunció por sorpresa el pasado 3 de julio su decisión de abdicar por motivos de salud tras 20 años de reinado. "Constato que mi edad y mi salud ya no me permiten ejercer mi función como desearía", dijo en un breve discurso televisado. "Ha llegado el momento de pasar el relevo a la siguiente generación", señaló.

En su decisión han pesado los últimos escándalos que han afectado a la monarquía belga. El más reciente, la demanda judicial de Delphine Boël, su presunta hija ilegítima de 45 años, para que reconozca su paternidad. El caso podría acelerarse porque Alberto II perderá su inmunidad tras dejar el trono. También ha intervenido la polémica por el intento de la reina Fabiola de crear una fundación, que fue interpretado como una forma de eludir el pago de impuestos.

Felipe se ha convertido en el nuevo rey de Bélgica después de que su padre firmara este domingo el acta de abdicación y tras jurar solemnemente su cargo en el trono en una ceremonia que se ha celebrado en el Parlamento en presencia de diputados, senadores y del Gobierno federal y regionales. "Juro observar la Constitución y las leyes del pueblo belga, mantener la independencia nacional y la integridad del territorio", ha dicho Felipe en las tres lenguas del país -francés, flamenco y alemán- ataviado con el uniforme de general del ejército de tierra y con un sable, pero sin corona ni cetro, que no forman parte de la tradición belga.

"Soy consciente de las responsabilidades que reposan sobre mi desde hoy", ha asegurado Felipe en su primer discurso tras asumir el trono, en el que ha expresado su voluntad de ponerse "al servicio de todos los belgas". Felipe ha agradecido la labor de su padre, Alberto II, y se ha dirigido también a su esposa, que será la primera reina de origen belga de la historia, y que estaba acompañada por la princesa Isabel, de 11 años, la nueva heredera, y sus tres hermanos. "Me doy cuenta de la suerte que tengo de poder contar con el apoyo permanente de mi esposa la reina Matilde", ha dicho el nuevo rey.

La celebración continuará por la tarde con la revista de las tropas a cargo del nuevo rey, el desfile militar tradicional del día nacional de Bélgica, la visita de los nuevos reyes al Parque de Bruselas y los fuegos artificiales que culminarán la jornada a las 23:00 horas.

La Monarquía, factor de unidad en Bélgica

El rey Alberto II jugó un papel fundamental como mediador para la formación del actual Gobierno de Elio di Rupo, que tardó 541 días en constituirse por el enfrentamiento entre las dos comunidades. Muchos políticos le habían pedido que se quedara hasta las elecciones de 2014, que serán la prueba de fuego para el nuevo rey Felipe.

Alberto II es el segundo monarca europeo que abdica este año, siguiendo los pasos de Beatriz de Holanda, que cedió el trono a su hijo Guillermo Alejandro el pasado 30 de abril. Pero a diferencia de Países Bajos, en Bélgica no hay tradición de abdicar. De hecho, Alberto y su esposa Paola mantendrán sus títulos, por lo que Bélgica contará con dos reyes y tres reinas (la esposa de Felipe, Matilde, que ejercerá el cargo, Paola y Fabiola). La austeridad de la ceremonia belga contrasta además con las festividades y la presencia de todas las familias reales en Ámsterdam.

Incógnitas del nuevo rey

El futuro rey Felipe todavía genera dudas entre los belgas sobre su preparación. Destaca por su carácter tímido, que contrasta con la jovialidad de Alberto II, y sus dificultades para desenvolverse ante los medios de comunicación, aunque en los últimos años se ha esforzado por suavizar su imagen.

Cursó sus estudios universitarios en la Universidad de Oxford, en Reino Unido, y en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, donde en 1985 obtuvo un título de postgrado en ciencias políticas. Previamente se había graduado en la Escuela Real Militar belga, obteniendo los títulos de piloto de caza y paracaidista. Y ha acumulado una gran experiencia como presidente de honor de la Agencia de Comercio Exterior, lo que le ha permitido encabezar 85 misiones económicas al exterior.

Su principal activo es su esposa Matilde, de 40 años, que se convertirá en la primera reina de origen belga de la historia del país, y sí goza de gran popularidad por su carácter cercano y alegre y su elegancia. De familia aristocrática, la futura reina llegó a abrir en 1995 en Bruselas su propio gabinete de logopedia para corregir los defectos de pronunciación de los niños. Los futuros monarcas tienen cuatro hijos.

El Gobierno belga acaba de aprobar una reforma que rebaja el sueldo a la familia real y le obliga a pagar impuestos y su intención es seguir avanzando en la línea de más transparencia y menos poderes para el rey.

 
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