La campa de Villalar, en un colegio de Parquesol

Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña. Y si ellos no pueden ir a Villalar, se traen la campa al patio del colegio, monolito incluido. Los niños del CEIP Marina Escobar han celebrado por anticipado la festividad del 23 de abril, en una jornada festiva en la que no han faltado los juegos tradicionales, los bailes autóctonos o las representaciones teatrales.

"Queremos que los niños vivan la fiesta de Villalar desde una perspectiva cercana a ellos, por eso hemos transformado nuestro patio en la campa", cuenta la jefe de estudios del centro. María Eugenia Pardo reconoce que, a estas edades, los conceptos de comunidad y pertenencia son aún un poco abstractos. "Por eso empezamos desde cosas que les puedan interesar, de ámbito festivo, como juegos o danzas".

Y los niños, encantados. Hasta los más pequeñitos, de Educación Infantil, han transformado su edificio en un auténtico castillo, con antorchas incluidas. "Hemos escogido un tema muy motivador para ellos", comenta la profesora María José Crespo, "que ya iniciamos en Carnaval y con el que vamos a continuar hasta final de curso, porque creemos que los niños aprenden mucho".

Desde las 11:30 de la mañana, y tras realizar varios talleres, el patio del centro se ha dividido en cuatro partes por las que todos los niños han ido rotando: juegos tradicionales, como la rana o la tanga, bailes autóctonos con la colaboración de un grupo de dulzaineros, un espacio escénico con la representación de la historia de los comuneros y un pequeño mercadillo con moneda propia (el "comunero", equivalente a 50 céntimos de euro).

Para llevar a cabo estas actividades ha sido necesaria la participación de toda la comunidad educativa. Niños, profesores y padres han participado en la fiesta, ataviados la mayoría con trajes regionales, y algunos niños vestidos de época para la representación teatral.

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"Los niños tienen que ir haciéndose idea de que pertenecen a una comunidad histórica, aunque a veces la tengamos un poco olvidada", afirma María Eugenia Pardo. Y a la vista de su interés y motivación, puede que este centro del barrio de Parquesol logre su objetivo y la próxima generación tenga una mayor conciencia de lo que es (y fue) Castilla y León.