Aimar Olaizola apabulla a Bengoetxea

Las apuestas le daban por favorito antes incluso de comenzar el partido. Unas apuestas que ya nadie quería hacer a los diez minutos de juego, cuando el marcador reflejaba un aplastante 13 a 0 a favor del goizuetarra. Comenzó sin rival, podríamos decir. Oinatz Bengoetxea había dicho en la previa que iba a ser muy difícil ganar a Aimar, pero que saldría al partido "tranquilo". Nada más lejos de la realidad. Bengoetxea VI comenzó fallándolo prácticamente todo: 4 tantos de saque en apenas 5 minutos de partido. Todo ello a pesar de que el saque inicial había sido para él.

En ese momento, la final comenzó a estar decantada. Lo pensó la cátedra, también la grada. El silencio reinaba en un Ogueta que asistía incrédulo a un espectáculo que iba camino de convertirse en la final más rápida y menos emocionante de la historia reciente. Pero entonces apareció una pequeña esperanza. Casi como dándolo todo por perdido, dio la impresión de que el leitzarra se sacudió -entonces sí- toda la presión que una cita así conlleva. Dejó de pensar que ante él estaba el mejor pelotari de la disciplina. Y de los últimos años en general.

Recortó distancias Bengoetxea, y el partido comenzó a animarse. Vivimos incluso algunos tantos bonitos, en los que Aimar estaba obligado a enviarla a mala. Pero Oinatz no conseguía acortar el abismo que le separaba de Aimar: 14-4, 16-7, 18-8. Cada tanto que conseguía rascar Bengoetxea parecía costarle otro por parte de su rival y alejarle cada vez más de la txapela. Si es que alguna vez la vio próxima.

Al final, dos errores del propio Oinatz, consumido por la rabia que generaba en él el haber mostrado quizá la peor cara de los últimos tiempos, dieron la txapela a un Aimar Olaizola que, con todo, estuvo impecable. Sexto campeonato de la jaula ya para el de Goizueta, y todo apunta a que no será el último del rey de la jaula.