Dos horas de encuentro, no hacía falta más

Ya son once las víctimas de ETA que se han entrevistado con presos etarras, la última uno de los heridos en el atentado de Hipercor con el exjefe del comando Barcelona, Rafael Caride Simón. La víctima, Roberto Manrique, cree que con este encuentro en la cárcel alavesa de Zaballa ha conseguido pasar página y sentir la culpa del terrorista

Dos horas de encuentro. Tampoco ha hecho falta más porque ha llegado un momento en que "no había más que hablar". Cara a cara aunque sin llegara estrecharse las manos y eso que Rafael Caride Simón ha hecho el amago o así al menos lo ha sentido Roberto Manrique. El etarra no le ha pedido perdón pero le ha expresado el sentimiento de culpa que tiene desde entonces.

Para el asesino la primera demás citas que está dispuesto a seguir manteniendo siempre y cuando la víctima lo necesite, aunque según Manrique Caride Simón le ha dicho que "tampoco quiere abrir heridas que igual después de tantos años están cerradas". Para la víctima, superviviente del terrible atentado de Hipercor, un antesy un después y el deseo de seguir trabajando por las víctimas aunque intentado pasar página.

Dice Manrique que Caride Simón le ha dado respuestas coherentes y que después del atentado viendo las imágenes de la masacre en televisión sintió "que se les había ido de la mano" y que nunca más entraría en un centro comercial. Es lo que buscaba la víctima, respuestas coherentes, y al menos en ese asunto el objetivo está conseguido. Caride Simón le ha dicho a Manrique también "que nunca más volvería a matar". Ese punto también le ha parecido a la víctima coherente y con mucho más significado.

Manrique ha llevado a la entrevista la carta que le envió Rafael Caride Simón hace un año. La leído mil veces y hoy también. Se reconocía el daño y el sufrimiento causado, el mismo que hoy Caride Simón le ha trasladado y que él se lo ha creído. Manrique también se ha creído la emoción que tenía el etarra durante la entrevista. Dice que notaba en sus ojos un dolor muy fuerte por reconocer que ha destrozado la vida a mucha gente.

Roberto Manrique ya está en Barcelona. Ha viajado en tren y con la sensación de "el deber realizado". Rafael Caride Simón está en su celda de la prisión alavesa de Zaballa ¿con la misma sensación?