Las 10 series americanas del momento
Nunca ha sido más verdad aquello de que la televisión puede matar al cine. Lo que nadie se podría imaginar es que el culpable de ello sería no tanto el medio como el contenido.
Fotograma de la serie Mad Men(El Corte Inglés)
Es en la ficción televisiva donde se encuentran las historias que más interesan al espectador. Así, mientras Hollywood sortea como puede su sequía creativa, canales como las cadenas norteamericanas viven una época dorada con series que reúnen equipos artísticos y técnicos capaces de producir capítulos que nada tienen que envidiar a las películas más importantes que pasan por nuestra cartelera.
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Su regreso, con una quinta temporada tras año y medio de espera, ha sido triunfal. A medida que se adentra en la década de los sesenta, los cimientos del sueño americano ya no se tambalean, sino que tiemblan con peligrosidad. Don Draper, con nueva esposa, intenta mantener el tipo, mientras el mundo a su alrededor no deja de girar a velocidad de vértigo. Estilosa y existencialista, es como un trago largo.
Cuesta entrarle, pero una vez dentro es tan adictiva como droga dura. De hecho, ese es el hilo conductor de este intenso drama sobre un profesor de instituto que aprovecha sus conocimientos en química para convertirse en traficante. Tan impactante y demoledora como una sobredosis. Este verano llega a su quinta temporada.
La adaptación de las novelas de George R. R. Martin se han convertido desde su estreno el año pasado en todo un fenómeno. Un mundo medieval dividido se enfrenta a amenazas sobrenaturales, pero no por ello renuncia al erotismo, la ambición y los celos, pasiones humanas que mueven cualquier mundo. Lo de menos es la fantasía, la fuerza de los personajes y las intrigas palaciegas son lo que de verdad enganchan. Nadie está salvo de sobrevivir una sola temporada.
Con el apadrinamiento de Martin Scorsese debutó en 2010 y se aproxima su tercera temporada. Steve Buscemi encarna a un capo de Atlantic City en la era de la Prohibición. Casinos de antaño, chicas voluptuosas y mucho canalla, con una narración vibrante y actual.
Mucho más que otra serie de abogados, comentan algunos que han tardado en descubrir esta pequeña joya. Con la nómina de personajes secundarios más brillante de la tele actual, sus enredos políticos y sentimentales nos mantienen en vilo semana a semana. Sus fans empiezan a ser legión.
Oscura y lluviosa como Seattle, donde transcurre la acción. Allí, un par de detectives investigan el brutal asesinato de una adolescente. Cada semana un nuevo sospechoso sale a la palestra, destapando todas las miserias que se esconden en los despachos y alcantarillas de la ciudad.
Sangre, sexo, sudor y algunos monstruos. Bueno, muchos. En la (aparentemente) pacífica localidad sureña de Bon Temps nadie se libra de sospecha, y todo hijo de vecina puede ser un ser sobrenatural, en un mundo en el que vampiros y seres humanos intentan mantener unas normas de convivencia. La última criatura de Alan Ball (A dos metros bajo tierra) va siempre más allá de lo previsible. Comienza este verano su quinta temporada.
Al igual que 'True Blood' no limita el género fantástico al mero entretenimiento, sino que es la argucia para una reflexión sobre la sociedad actual. En este caso, en un mundo colapsado por una infección de zombies, las relaciones personales dentro de un grupo de supervivientes sirve de reflejo de las pasiones y traiciones humanas. El día a día.
El mundo del misterio siempre ha encajado muy bien en la pequeña pantalla. Fringe ha recogido el testigo de 'Expediente X' y ha ido aún más allá, recreando mundos paralelos, líneas temporales alternativas y muchas más extravangancias que mantienen pegados al sofá a los amantes de la ciencia ficción. Con el sello de JJ Abrams, artífice de 'Perdidos'.
Aún resuenan los ecos del impacto de su primera temporada. Su retorcido estilo narrativo puede haber perdido efecto al alcanzar ya su quinta y última tanda este verano, pero sigue siendo efectivo a la hora de desmoldar capa a capa los litigios en que se meten Patty Hewes (Glen Close) y Ellen Parsons (Rose Byrne), dos rivales a degüello. Quien este libre de culpa que tire la primera piedra, a la cabeza de la otra.
