Dirigentes del PP cuestionan la tarea de Cospedal como secretaria general del partido
Desde el Congreso Nacional en Sevilla son cada día más los cargos populares que están inquietos por la marcha de su formación bajo el control de Cospedal
Rajoy ya no celebra "maitines", las tradicionales reuniones de estrategia con sus dirigentes de mayor confianza. Para algunos eso genera problemas de coordinación y confusión en los mensajes. El jefe del Ejecutivo habla directamente con Cospedal por teléfono y ella traslada sus directrices a los vicesecretarios y portavoces parlamentarios.
Cuando en febrero, María Dolores de Cospedal salió reelegida secretaria general del PP fueron varios los dirigentes populares que expresaron, en privado, su malestar porque Rajoy le había dado demasiado poder interno.
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Ahora, transcurridos los meses, las críticas perduran y se intensifican. En el partido, son muchos los que cuestionan a la presidenta de Castilla-La Mancha, creen que se debería centrar en su comunidad autónoma, dicen que no está realizando un buen trabajo y que se ha rodeado de un equipo que no resulta eficaz.
Un diputado del PP apunta que estando en el Gobierno, el partido pasa automáticamente a un segundo plano. Sin embargo, otro parlamentario autonómico considera que no se puede descuidar, sobre todo cuando es el mejor conducto para hacer propaganda del Ejecutivo en la calle y explicar las duras medidas que se han adoptado. "El partido está preocupado por el partido", confiesa. Todos son conscientes de que cuando la derecha perdió las elecciones en 2004, su formación estaba fuerte y preparada para resistir. Pero ahora dudan de que esa situación se repita, si terminan arrastrados por la crisis.
Los que conocen bien a Rajoy creen que ahora está muy concentrado en resolver la situación económica y que, por eso, no presta atención a lo que pasa tras las puertas de su 'casa política'. Pero están convencidos de que él está pendiente de todo lo que ocurre y de que llegado el caso, actuaría. Para algunos la solución sería que rescatara a Javier Arenas y lo nombrara coordinador general. Pero creen que a tan pocos meses de la convención, cualquier cambio se interpretaría como una desautorización en toda regla a Cospedal. Ahora, que Arenas abandona Andalucía, no se descarta que refuerce su posición en el partido o que ocupe un sitio en el Consejo de Ministros en cuanto haya crisis de Gobierno.
Rajoy lleva, además, cerca de medio año sin convocar maitines, las reuniones que mantenía con su núcleo duro para marcar la estrategia política todas las semanas. Desde que ganó las elecciones generales, el líder del PP dejó aparcados estos encuentros que celebraba regularmente todos los lunes en la sede de los populares en la calle Génova.
En la última etapa de oposición, a los "maitines" asistían siempre la secretaria general, María Dolores de Cospedal, los portavoces parlamentarios del PP en la oposición -Pío García-Escudero, Soraya Sáenz de Santamaría y Jaime Mayor-, la que entonces era responsable de Organización, Ana Mato, el de Comunicación, Esteban González Pons, además, de Javier Arenas y Alberto Ruiz Gallardón. Ocho personas que desde la victoria del 20-N han asumido nuevas y distintas responsabilidades.
Desde el Ejecutivo argumentan que para tomar decisiones ya están los Consejos de Ministros y que, además, Rajoy decidió ponerse al frente de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos para supervisar el terreno personalmente. Además, explican, que él siempre puede llamar a quien quiera para que acuda a despachar con él en la Moncloa. Sus colaboradores cuentan que él está "concentrado en la gestión y en la resolución de la crisis".
Sin embargo son muchos los dirigentes del partido que consideran que se ha equivocado al prescindir de esas reuniones de coordinación: porque está dejando demasiado de lado el terreno político y no articula un discurso. De hecho recuerdan que José María Aznar no lo hizo. El ex presidente los mantuvo para mejorar el funcionamiento de los mensajes. Ahora, en el partido, hay quien cree que precisamente por eso en algunas ocasiones se denuncia que los populares improvisan y se detectan varios fallos de comunicación.
Nada más ganar, se aseguró que Rajoy seguiría con los maitines y prestaría "máxima atención al partido". Lo prometió en su primera intervención pública tras ganar, el pasado 12 de diciembre en una Junta Directiva Nacional. Dijo que quería que siguiera funcionando, incorporando gente y estando en los debates sociales. Pero la realidad es bien distinta. Y desde la Moncloa no cuentan mucho con el partido. De hecho hace unos días se le preguntó a Cospedal si desde la formación se nutría al Ejecutivo de ideas. Y ella respondió que sólo se les había consultado en lo que se refería a la reducción de la administración pública.
Pero Rajoy está obsesionado con las reformas y tiene otras prioridades. Cuentan que mantiene solo contacto con Cospedal. La número dos del PP si celebra reuniones con los portavoces parlamentarios y los vicesecretarios. En ellas traslada habitualmente las directrices que le da Rajoy por teléfono. Estas se celebran con regularidad desde los comicios andaluces y, en este tiempo, Arenas solo se ha perdido dos convocatorias.
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