Francia y Alemania piden cancelar Schengen durante la crisis para controlar la inmigración
París
Los gobiernos de Francia y Alemania quieren que se pueda suspender el tratado de libre circulación en la zona Schengen si algún país de la Unión no puede frenar la llegada de extranjeros a sus fronteras. Dicen que la decisión debe depender de los ejecutivos de cada país, algo que consideran "un punto no negociable".
Los ministros de Interior francés y alemán han dicho en una carta dirigida a la presidencia de turno, ahora mismo ocupada por Dinamarca, que sus gobiernos quieren poder restablecer esos controles fronterizos internos. Sería de forma provisional y cuando consideren que alguno de los países del espacio Schengen no consigue atajar un flujo masivo de inmigrantes.
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Los dos ministros dicen que dependería de que lo quisiera el gobierno de cada país y no del visto bueno de la Comisión, un punto innegociable según el documento. Ofrecen dar más detalles en la próxima reunión del consejo, pero añaden que lo ven como una pretensión equilibrada, que ayuda "a luchar más eficazmente contra la inmigración ilegal". El ministro francés de Exteriores ha mencionado en concreto el caso de la frontera entre Turquía y Grecia, un "coladero" según su jefe, el presidente Sarkozy.
El gobierno francés fue el primero en abrir el debate sobre la suspensión temporal de Schengen, algo que se puede hacer por ejemplo por motivos de seguridad, cuando acusó el año pasado a Italia de facilitar que varios grupos de refugiados tunecinos y libios que llegaban a sus costas se marcharan luego a territorio francés.
Ahora mismo se discute en las instituciones comunitarias, reacias a que cada país pueda aplicar según su criterio el principio de fronteras abiertas y libre circulación.