"Siempre nos quedará Bogart"
Cincuenta y cinco años después de su muerte, nadie puede con el mito de Bogart, el héroe moderno
Cincuenta y cinco años después de su muerte, nadie puede con el mito de Bogart, el héroe moderno
La muerte le mitificó generación tras generación. Humphrey Bogart, mujeriego, canalla, bebedor, grosero, resabido, honrado, lacónico, intocable y eterno. Se dirigía a las mujeres como "baby"; a los hombres con un cigarro y una botella de whisky en la mano. Con su corbata corta, su frente arrugada y su sonrisa de lado. Más noticias de cine y series en la página web de 'La Script'
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El actor Claude Rains pasea sobre la nebulosa pista del aeropuerto cuando Bogart le espeta que aquel sería el "comienzo de una hermosa amistad". Es una de las escenas más reproducidas y recordadas de la historia del cine. También su beso a Ingrid Bergman, el mejor del séptimo arte según numerosas encuestas.
Fue "Casablanca" el pasaje hacia la gloria de Bogart. O quizá fue "El último refugio", su primer papel protagonista al que llegó fortuitamente estando casi condenado al papel de segundón y a muertes prematuras en sus papeles. Para los puristas del cine su verdadero arranque fue "El bosque petrificado", película de Archie Mayo. La Academia de Cine americano comenzó a reconocerle en 1951 con su Oscar por "La Reina de África".
Humphrey Bogart (1899-1957) había arrancado en el mundo del cine con dificultades. Médico frustrado, se alistó en la Marina para combatir en la Primera Guerra Mundial. Un torpedo que alcanzó el buque S.S. Leviathan en el que estaba destinado, provocó que una astilla le rasgase la boca. Su sempiterna cicatriz. Finalmente, Bogart fue contratado como administrador en la compañía cinematográfica y de teatro World Film Corporation, de William A. Brady, padre de un amigo suyo.
Según Darwin Porter, periodista de la edad dorada de Hollywood y autor de "Humphrey Bogart: La forja de una leyenda" el actor se acostó con hasta 1.000 mujeres. Tuvo cuatro esposas. Y un amor de su vida: Lauren Bacall. Se conocieron en "Tener o no tener" y la ficción se ligó con la realidad con una pasión nunca antes vista en los estudios de Hollywood. Ella era una delicada joven de 19 años, él un cuarentón de agria voz. Compartieron doce años de matrimonio, dos hijos y cinco películas -'Tener y no tener', 'El sueño eterno', 'La senda tenebrosa', 'Cayo Largo' y 'Two Guys from Milwakee'. Permanecieron unidos hasta su muerte, hace 55 años, cuando un cáncer de esófago le liquidó.
El último año de su vida, ya en silla de ruedas, compaginó las visitas con partidas telefónicas de ajedrez, su gran pasión. John Huston leía en su sepelio en Holmby Hills: "Poseía el don más grande que puede tener un hombre: talento". Un talento mitificado que nunca morirá.
