Demasiado Barça para el Atlético de Madrid

Tres goles de Messi, uno de Villa y otro de Miranda en propia portería dan al Barça una victoria que acaba de golpe con las dudas sobre la defensa de tres. Guardiola demostró que sin defensas, solo alineó a uno, Abidal, se puede golear y defender bien

Guardiola se presentó ante el Atlético de Madrid con cinco centrocampistas repartidos por todo el campo. Mascherano de cierre, Busquets cortando todos los balones, Xavi pasando a un lado y al otro, Thiago corriendo y marcando el tiempo y Fàbregas omnipresente por todo el campo.

Con Abidal y Alves como únicos defensas -si podemos considerar al brasileño como defensa- el Atlético poco o nada pudo hacer ante la presión asfixiante de los culés. En solo veinte minutos el equipo de Manzano se había rendido ante la evidencia, el Barça, cuando tiene el día, es invencible.

La única ocasión del Atlético de Madrid fue en el minuto cinco, en la primera jugada de peligro del partido Tiago disparó al larguero tras recibir un balón solo en la frontal del área. La jugada recordó a los fallos de la defensa de tres del Barça en Mestalla, solo que esta vez el Barça reaccionó a tiempo y los corrigió.

Poco tardó Xavi en imponer su ley. El de Terrasa, soberbio durante todo el partido, dio un pase medido al pie de Villa desde más de cuarenta metros para regalar el primero al Guaje. Villa regateó a Perea y en el minuto nueve devolvía al Atlético de Madrid a la realidad de los últimos años en el Camp Nou.

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Seis minutos más tarde, y otra vez con la participación de Xavi llegó el segundo. Pedro se la dio a Xavi, el capitán culé se la devolvió con un taconazo increíble. Cuando Pedro fue a por la pelota Messi estaba en fuera de juego pero tras una seria de rebotes el balón llegó al argentino, que encaró a Courtois, el meta detuvo la pelota pero el rechazo tocó en Miranda y se fue al fondo de la red.

El Atlético de Madrid no daba señales de vida, Diego no estaba, Reyes corría a ninguna parte y Falcao recibía la pelota a cincuenta metros del área. Con este panorama el tercero no tardó en llegar. Apareció Messi. Como el patio del colegio, Messi sacó de banda, hizo una pared con Thiago y con una finta 'le rompió la cintura' a Godín y a Mario Suárez y rompió la red para marcar el tercero.

Con el dominio del Barça y las ocasiones murió el primer tiempo. Para el recuerdo quedará la vaselina que probó Cesc Fàbregas. El balón, golpeado desde treinta metros se estrelló en el larguero ante la impotente mirada de Courtois. Por suerte para los cimientos del Camp Nou, el balón no entró en la portería.

Tras el descanso, vuelta a los cuatro defensas y menor ritmo

El descanso demostró que Gregorio Manzano no lo veía claro. Dio entrada a Salvio y a Arda Turan por Mario Suárez y José Antonio Reyes. Los cambios, de corte ofensivo, de nada sirvieron. En todo el momento el Barça marcaba los tiempos del partido.

Guardiola dio entrada a Gerard Piqué -primer central natural del Barça en el partido y que volvía tras su lesión- por Sergio Busquets. Así el Barça recuperó la defensa de cuatro y dejó un centro del campo con tres jugadores de la calidad de Thiago, Cesc y, sobre todo, Xavi.

El Barça empezó a pensar en el partido del miércoles en Bielorrusia ante el BATE y bajó el ritmo. Eso sí, sin descuidar en ningún momento el resultado. El Atlético no encontraba la forma de coger la pelota, y Manzano ha enseñado a los suyos a tocar, no a defender sin balón.

Villa pudo marcar el cuarto tras un gran pase de, quién si no, Messi. Courtois hizo un auténtico paradón para evitarlo. Al ver que sus compañeros no encontraban el cuarto, fue La Pulga el que se encargó de finiquitar al Atlético.

En el 78 Messi hizo la jugada de siempre, ésa que arranca desde la derecha y sigue en diagonal hasta el pico del área izquierda y terminar fusilando. Una jugada clásica, repetitiva pero que siempre, siempre, funciona. Messi reventó un balón que fue imposible para el joven portero francés del Atlético. Messi borró a Perea y a Miranda a una velocidad de vértigo para hacer otra obra de arte inalcanzable para el resto de futbolistas del planeta Tierra.

Ya en el descuento Messi se acordó de Cristiano Ronaldo y de su triplete y decidió igualar la marca del luso. Tras una pared con Villa al primer toque, el mejor jugador del mundo arrancó directo al gol. Courtois lo vio y sintió como el obús de Messi pasaba entre sus piernas para poner el quinto en el marcador.

Tras empatar contra el Milan y contra el Valencia, el Barcelona borró al Atlético de Madrid del Camp Nou. Los de Manzano, que tan bien lo estaban haciendo esta temporada, no pudieron hacer absolutamente nada contra el tornado que es Messi y su gente.