El PSOE echa cuentas para agotar la legislatura

Uno de los principales argumentos para adelantar las elecciones puede ser la falta de apoyo parlamentario. Y en las próximas semanas, son varias las votaciones que tiene pendientes el gobierno en el Congreso y que, en caso de perderlas, dificultarían mucho la continuidad del ejecutivo, abriendo así la puerta a un adelanto electoral.

Aunque la primera votación importante se producirá probablemente en 2 semanas y es la convalidación del decreto ley de reforma de la negociación colectiva, la primera prueba de toque clave será la votación del techo de gasto para el próximo año. Es el primer paso de los presupuestos de 2012 porque establece el nivel máximo de gasto que podrá realizar el estado. El gobierno tiene que presentar una propuesta antes de julio y el Congreso la debatirá a finales de este mes o principios del próximo.

Además, aún sigue tramitándose la que para muchos es la reforma más importante de las que ha impulsado el gobierno: el retraso en la edad de jubilación. Pasó el primer obstáculo en el pleno del Congreso pero sigue su trámite en las comisiones y aún no está aprobada.

Y sin olvidarnos de la ley de presupuestos del estado que el gobierno aprueba a finales de septiembre y el congreso empieza a discutir a mediados de octubre. Si el gobierno no consigue sacarla adelante los presupuestos tienen que prorrogarse, algo que dificultaría que España cumpliera el objetivo de reducir el déficit al 3% en 2012.

El gobierno confía en el salvavidas de CiU y PNV

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Perder cualquiera de estas votaciones sería una señal pésima para el gobierno porque demostraría que no tiene apoyos parlamentarios para seguir en el poder.

Para superar todos estos trámites, el gobierno ya ha empezado a negociar el apoyo de CiU y del PNV aunque si el grupo catalán no da su brazo a torcer, los socialistas podrían salvar la situación con los votos del PNV, Coalición Canaria y UPN. Con estos grupos fue con los que aprobó los presupuestos de este año.

Las elecciones generales tienen que convocarse con 55 días de antelación, según lo que establece la Ley Electoral, de manera que si los comicios son en noviembre, Zapatero debe disolver las Cortes a mediados de septiembre. Si en cambio opta por agotar la legislatura -como ha dicho en varias ocasiones- y las elecciones son en marzo, la convocatoria deberá anunciarse a mediados de enero.