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Las 8 horas del papa Benedicto XVI en Santiago de Compostela costarán 3 millones de euros

¿Quién debe asumir el coste de una visita papal?

(Reuters)

A diferencia de lo ocurrido en Reino Unido, donde exige una cuota de entre 12 y 30 euros a los fieles, en las próximas visitas de Benedicto XVI a España, no se cobrará la entrada por asistir a las misas y actos públicos oficiados por el Papa. Sin embargo, y a pesar de no tratarse de visitas de Estado, sino de viajes apostólicos, el Estado y las administraciones autonómicas y locales asumirán todos los gastos de seguridad, asistencia sanitaria, infraestructuras y dotación de los centros de prensa.

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Según el presupuesto inicial realizado por la Xunta de Galicia, el coste público de la visita de Benedicto XVI el próximo sábado 6 de noviembre asciende a tres millones de euros, lo que supone que cada minuto de la estancia de Papa en la ciudad gallega costará más de 6.000 euros.

El coste incluye los gastos derivados de la cobertura de seguridad, el centro internacional de prensa que alojará a más de un millar de periodistas acreditados, gastos de infraestructura y también la cobertura mediática realizada por la televisión pública gallega, encargada de ofrecer la señal institucional del viaje.

Según ha señalado a la Cadena Ser Silvia Rozas, coordinadora de la visita en el Arzobispado de Santiago, será la Iglesia la que asuma todos los costes de tipo litúrgico, incluido el montaje del escenario en la Plaza del Obradoiro donde el Papa oficiará una misa, así como el alojamiento de todos los obispos, y la recepción privada al Papa que descansará y almorzará en las dependencias del Arzobispado. También se ha abierto una cuenta para recibir los donativos por parte de los voluntarios que quieran participar en el evento, y a los que se les pide el pago de 10 euros si se alojan por su cuenta

Silencio sobre el coste en Barcelona

A diferencia de Galicia, la Generalitat de Cataluña no ha ofrecido ningún dato sobre el coste aproximado que supondrá la visita del Papa, que oficiará una misa en la Sagrada Familia de Barcelona el domingo 7 de noviembre, tras volar a la ciudad condal desde Santiago.

Pese a las preguntas de los medios de comunicación en las últimas semanas, el Gobierno catalán guarda silencio al respecto. El arzobispado de Barcelona tampoco dice estar en condiciones de ofrecer por el momento una cifra sobre el coste de la visita pero insiste en que ésta se regirá por un estricto criterio de "austeridad".

Al igual que en Santiago, en Barcelona correrá con los gastos litúrgicos el Arzobispado, que los sufragará mediante fondos propios y donativos de los fieles. Para tal fin ya se ha habilitado una cuenta bancaria de recepción de esas aportaciones privadas. Los gastos de seguridad, movilidad e infraestructuras correrán a cargo de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona en función de sus distintas competencias. El Papa dormirá, cenará y almorzará en las dependencias del Arzobispado. En total, permanecerá en Barcelona 22 horas.

¿Quién debe asumir el coste?

Las próximas visitas del Papa a España (tres en los próximos meses) han reabierto el debate sobre quién y cómo se debe asumir el coste que implican estos viajes.

En declaraciones a la Ser, Yago de la Cierva, director de comunicación de la Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en agosto de 2011 en Madrid, asegura que es "natural que el estado y las administraciones autonómicas y locales colaboren asumiendo los gastos de seguridad, infraestructura o movilidad que requiere un evento que, al margen de su carácter pastoral, supone una elevada participación popular y concita entusiasmo en gran parte de la sociedad española".

En este sentido, lo ha comparado con las recientes celebraciones de recibimiento a la Selección de Fútbol tras su victoria en el Mundial o las próxima conmemoración del bicentenario de la Constitución de Cádiz". "Siempre puede haber alguna gente a la que no le guste, pero la experiencia de otros viajes papales a España demuestra que la inmensa mayoría de los españoles está encantada de que venga el Papa, y a otra parte de la población no le molesta que lo haga".

Además, añade De la Cierva, no hay que olvidar los beneficios económicos en términos de proyección internacional y llegada de fieles de todo el mundo que suponen estos eventos. La Jornada Mundial de la Juventud ha sido declarada por el Estado español como Evento de Interés Especial, lo que conlleva, entre otros aspectos, importantes beneficios fiscales para las empresas privadas que patrocinan la visita.

Separación Iglesia-Estado: asignatura pendiente

Eso es lo que sostienen los colectivos englobados en la Asociación Europa Laica que reclaman que la Iglesia Católica se autofinancie y el estado no contribuya a financiar directa o indirectamente los costes derivados de actos religiosos.

El presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, exige la derogación del Concordato y asegura que, si bien esos actos son absolutamente legítimos y respetables, deben ser financiados con los recursos propios de la Iglesia, que son muchos, y con las libres aportaciones de los fieles que quieran hacerlo. "Lo que no es de recibo es que un estado aconfesional como España acabe pagando con el dinero de todos actividades de un credo religioso en particular".

 
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