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Alemania comienza a recuperar su patriotismo

Tras décadas de reparación por los crímenes nazis la población alemana se acerca al sentimiento patriótico y a la normalización

Un joven manifestante de izquierda alemán quema la bandera de Alemania en Berlín durante las celebraciones del 60 aniversario de la constitución(Reuters)

Un joven manifestante de izquierda alemán quema la bandera de Alemania en Berlín durante las celebraciones del 60 aniversario de la constitución

Después de seis décadas de reparaciones por los crímenes nazis, los alemanes están redescubriendo una sensación de patriotismo desconocida para varias generaciones y ya no se avergüenzan de ondear su bandera y cantar el himno nacional.

Incluso se están atreviendo a hablar sobre la reimplantar la medalla a la valentía, algo impensable hace una década en un país que rechazaba el militarismo y que se volvió ferozmente pacifista.

Cuando Alemania celebre los 60 años de democracia y el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, esta confianza no agresiva en sí misma, también evidente en una política exterior más firme, será incluso más visible.

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"El alma alemana, lastimada y desprestigiada por la era nazi, ha sanado en gran medida", dijo Eugen Buss, un profesor de sociología de la Universidad de Hohenheim.

"Estamos percibiendo una normalización", dijo. Buss ejerció como consultor en un reciente estudio sobre identidad alemana, publicado antes de las celebraciones este mes por el 60 aniversario de la constitución.

Orgulloso de ser alemán

El estudio, llevado a cabo por la Fundación Identidad en Duesseldorf, mostró que el doble de alemanes estaba "muy orgullosos" de su nacionalidad que hace ocho años, sostuvo Buss. Casi un 73% piensa que deberían mostrar más confianza en cuanto a ser alemanes.

La experiencia de llevar a cabo una democracia y una economía exitosas ha enseñado tanto a los alemanes del este como a los del oeste que tienen derecho a tener otros sentimientos además de la vergüenza respecto del pasado, dijo Buss.

La nación se sintió sobrecogida durante el campeonato mundial de fútbol de 2006, cuando millones de personas se pintaron la bandera sobre la cara, usaron sombreros rojos, dorados y negros y entonaron el himno nacional.

Los jóvenes no se identifican con la barbarie

Las generaciones más jóvenes parecen estar particularmente relajadas.

"No me avergüenzo de ser alemán, tal vez mis padres o mis abuelos lo estaban porque se encontraban más cerca de la era del nacional socialismo", dijo Nina Krause, una estudiante de 14 años en un grupo que visitaba el Museo Histórico Alemán en Berlín.

"Para mí, ser alemana significa estar cómoda y tener la posibilidad de tener un buen futuro", indicó la joven.

El museo, que atrae a 50.000 visitantes al mes, inauguró su exposición permanente sobre historia alemana hace sólo tres años.

Esta comienza en el año 9 de nuestra era con la batalla del Bosque Teutónico, cuando las tribus alemanas derrotaron a los romanos y evitaron que Germania pasara a ser parte del imperio romano más allá del río Rin.

Entre lo expuesto se encuentra una máscara de caballería de la batalla, un globo gigante que se encontraba en el despacho de Hitler con una bala sobre Alemania -probablemente efectuado por un soldado soviético- y una parte del Muro de Berlín.

Incapacidad emocional

La pieza más popular, sin embargo, es un gran mapa cambiante de Europa que muestra cómo las fronteras han aparecido y desaparecido en el transcurso de 2.000 años, indicó el director del museo, Hans Ottomeyer.

Después de la derrota de la Segunda Guerra Mundial y de que se tomara conciencia de que millones de alemanes participaron o sabían sobre las atrocidades de los nazis, la sensación de vergüenza colectiva pesó durante décadas sobre los alemanes.

El ex presidente de Alemania Occidental Gustav Heinemann resumió la incapacidad de los alemanes de sentir un vínculo emocional con su país en 1969 cuando dijo: "No amo al Estado, amo a mi esposa".

La división en zonas de ocupación militar que sufrió el país después de la guerra, para frenar los objetivos expansionistas, y la insistencia de los aliados porque se apruebe la constitución de Alemania Occidental de 1949 eran una advertencia para que la nación no mostrara demasiado poderío.

El compromiso de los alemanes hacia Europa también define su estado psicológico.

Después de 1945, los políticos adoptaron al proyecto europeo como un modo de fundar el nuevo sistema político del país: el apoyo popular para la UE todavía está a flor de piel.

La existencia del mal

La convicción en cuanto a Europa tiene un efecto profundo sobre los legisladores alemanes, quienes en Bruselas tradicionalmente evitan los enfrentamientos.

"Lo mejor que hemos visto ha sido europeo y lo peor fue el odio y la superioridad nacionales", sostuvo Ottomeyer.

Esto no significa que el interés por la era nazi esté disminuyendo: "A los jóvenes les fascina la era nazi porque plantea el interrogante de la existencia del mal".

Cada semana los canales de televisión emiten horas de documentales sobre aspectos del Gobierno de Hitler y la sección sobre el Tercer Reich del Museo Histórico sigue siendo la más completa.

 
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