El abogado del asesino confeso de Marta del Castillo renuncia a la defensa
El asesino confeso de la joven, Miguel C.D., cambia su declaración por tercera vez. Asegura que antes de matar a la joven, la violaron con el otro menor, y la amenazó con una navaja.
El padre de Marta del Castillo habla con los medios de comunicación(Reuters)
Por segundo día consecutivo, el asesino confeso de Marta del Castillo cambia su versión. Tras admitir que el cuerpo lo tiró en un vertedero, Miguel C.D. asegura que antes del crimen, él y su cómplice violaron a la joven. La Policía encuentra una navaja que el joven había utilizado para amenazarla.
El asesinato de la joven Marta del Castillo se está convirtiendo en un suplicio para toda su familia, a raíz de los cambios que el principal implicado está realizando en su declaración. Es que anoche cambió por tercera vez su declaración. Por este motivo, el abogado de Miguel C.D. ha renunciado a continuar defendiendo al joven.
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Miguel C.D. es el asesino confeso de la adolescente, y tras declarar ante el juez que el cuerpo de MArta fue tirado en un contenedor de basura y no en el río como había dicho inicialmente, ahora vuelve a cambiar detalles que eran desconocidos. El asesino dice ahora que amenazó a la joven con una navaja que tiró en una alcantarilla. Esta prueba ha sido encontrada por la Policía.
Según el nuevo relato del joven, antes de asesinar a Marta, él y su cómplice la violaron, para luego matarla y tirar el cuerpo en un vertedero.
Tercera declaración y un cúmulo de mentiras
Desde que desapareció Marta del Castillo hasta que el joven Miguel C.D. fue arrestado y admitió su culpabilidad, todo se ha convertido en una mezcla de show mediático en el que parece que los principales implicados están cambiando de opinión.
La primera versión del asesino confeso fue que luego de matar a Marta con un fuerte golpe dado en la cabeza con un cenicero, se deshizo del cuerpo lanzándolo al río Guadalquivir. La Guardia Civil ha dedicado varias semanas de rastreo por el río sin poder encontrar el cuerpo. En los últimos días, las autoridades comenzaron a desconfiar de la información dada por el asesino.
En una nueva declaración y en un inesperado giro, Miguel C.D. admite que tras matar a la adolescente, junto a su cómplice se deshicieron del cuerpo tirándolo en un contenedor de basura, por lo que la búsqueda se orientaría hacia los vertederos.
El martes, el imputado y su cómplice, un menor de edad de 15 años, llamado Javier, fueron careados y allí se produjo un nuevo movimiento: el asesino confeso acusó al adolescente de haber matado a Marta asfixiándola. "El Cuco" negó que fuera él quien asesinó a la joven. La situación ya se volvió a complicar.
En la mañana del miércoles, trasciende que Miguel C.D. pidió nuevamente cambiar su declaración y ampliar los macabros datos de este crimen: qué él y su amigo habían violado a Marta antes de matarla, y que para amenazarla habían utilizado una navaja que fue tirada en una alcantarilla.
La Policía ha encontrado la navaja, por lo que probablemente pueda empezar a develarse qué pasó y dónde está el cuerpo de la joven asesinada. El abogado defensor del asesino confeso ha decidido dejar de representarlo.
¿Y ahora qué?
La planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos Montemarta-Cónica, ubicada en el término municipal de Alcalá de Guadaíra, ha estado funcionando todo el martes a expensas de que el instructor del caso dictara una orden al respecto tras terminar la nueva ronda de declaraciones con todos los implicados. Podría estar allí el cuerpo de la joven.
Desde la empresa municipal de limpieza de Sevilla (Lipasam) confirmaron que la planta estaba funcionando 'con normalidad' y que sólo se paralizó temporalmente en la tarde del lunes, cuando el juez instructor de la causa visitó las instalaciones para conocer el funcionamiento de la misma.
Por su parte, el director gerente de la entidad, Juan Ramón García, consideró "prácticamente imposible" que un cadáver llegue hasta el vertedero después de pasar por todo el proceso de tratamiento sin ser detectado, ya que explicó que la basura pasa incluso por una cinta en la que es revisada manualmente.
