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Qué fue de... Lubo Penev, el carácter del gol

El ariete búlgaro es todavía hoy, una década después de dejar España, uno de los máximos goleadores de la Liga española

Un joven Lubo Penev a su llegada al Valencia (a la izquierda); en el centro, en su exitosa temporada en el Atlético de Madrid; a la derecha, una imagen actual de Penev, como director deportivo de Bulgaria

Un joven Lubo Penev a su llegada al Valencia (a la izquierda); en el centro, en su exitosa temporada en el Atlético de Madrid; a la derecha, una imagen actual de Penev, como director deportivo de Bulgaria

Luboslav Mladenov Penev (Bulgaria, 31-08-1966) despuntó muy pronto como futbolista en su país. A los 18 años debutó en el equipo de su vida, el CSKA de Sofia, con el que llegó a marcar más de 100 goles. Con 23 años arribó en el Valencia, con el que viviría sus mejores temporadas. Fue el matador del mítico Atlético del Doblete y regaló sus últimos goles en Galicia, al Compostela y al Celta. Su fuerte carácter le marcó para bien y para mal dentro y fuera del campo y a buen seguro que le ayudó a superar un cáncer en 1994.

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Este fuerte delantero búlgaro de nombre impronunciable y de apellido equívoco coincidió en uno de los CSKA de Sofía más potentes de toda su historia. En cinco temporadas en el club de la capital búlgara levantó dos ligas y tres copas y fue compañero de hombres que marcarían la historia de Bulgaria: Trifon Ivanov, Emil Kostadinov o Hristo Stoichkov.

El Valencia quiso fichar a Stoichkov junto a Penev

En 1988 fue elegido como jugador búlgaro del año, precediendo en este premio al propio Hristo Stoichkov, y un año después ocurría un hecho que pocos conocen: el Valencia intentó ficharles a los dos. Sin embargo, el tío del primero, Dimitar Penev, prohibió la salida de ambos y sólo Penev recaló a orillas del Turia. Así lo explicaba el por entonces presidente, Arturo Tuzón: "En aquellos tiempos era muy difícil sacar a jugadores de los países del Este y nos trajimos sólo a Penev porque así lo quiso su tío".

Al año siguiente, Stoichkov dio el salto al FC Barcelona siendo protagonista destacado del mítico Dream Team (cuatro Ligas, la primera Copa de Europa...), mientras que Penev se convirtió en la estrella del Valencia, pero no pudo sumar ningún título. Su carácter ganador, su potente y elegante zurda, su juego de espaldas a puerta y su remate de cabeza todavía son recordados con cariño por Mestalla.

Superó un cáncer, pero se perdió el mejor Mundial de Bulgaria

En 1994, la fatalidad se cebó con Lubo, al que se le diagnosticó un cáncer testicular. Esto le hizo perderse el Mundial de 1994, en la que ha sido la mejor selección búlgara de la historia: cuarta, eliminada en semifinales por Italia, y con Stoichkov como máximo goleador de ese Mundial, con seis dianas, junto al ruso Oleg Salenko.

Penev superó la enfermedad tras casi un año, pero el trato que el Valencia le dispensó en esos difíciles momentos sería decisivo para que, un año después, abandonara el club ché y se enemistara de forma aversiva con el presidente Paco Roig. A su salida del club valenciano rumbo al Atlético, Penev convocó una rueda de prensa en la que declaró que Francisco Roig y su cuñado y secretario técnico, Jesús Martínez, le enviaron a un empleado del club para que le rescindiera el contrato cuando le faltaban cuatro sesiones de quimioterapia: "Me jugaba la vida y ellos venían a hablarme de contratos. Me da pena que el Valencia esté en manos de los cuñados, son los responsables del deterioro del club y están engañando a la gente".

A puñetazos con Paco Roig

Estas disensiones desembocarían un año más tarde en un agrio enfrentamiento a puñetazos entre presidente y futbolista. El Atlético había visitado Mestalla en Copa del Rey y ambos se cruzaron en el palco. "¿Tú qué haces aquí, payaso hijo de puta?", fue el recibimiento que le dispensó Roig, a lo que el búlgaro respondió a puñetazos. Un hematoma en la nariz, una herida en un ojo, un golpe en la cabeza y una lesión en un dedo de la mano, para el presidente ché, y un hematoma en el pómulo y un corte entre las cejas, para Penev, fue el resultado del choque. Roig denunció al jugador.

El Doblete con el Atleti

Sin embargo, ese fue su único recuerdo amargo en esa temporada 1995-96, ya que tras la sequía en el Valencia, levantó el Doblete, Liga y Copa, con el Atlético de Madrid. El búlgaro formó una pareja excepcional con Kiko Narváez y terminó el año como máximo artillero rojiblanco, con 22 goles entre ambas competiciones.

Rumbo a Galicia de uno de los máximos artilleros de nuestra Liga

Pero su fuerte carácter volvió a jugarle una mala pasada y no continuó en el Atlético, pese a tener todavía contrato en vigor. Fichó por el modesto Compostela, en sus años de bonanza, y firmó la friolera de 32 goles en dos temporadas en el equipo de Santiago. Abandonó la capital gallega, pero no se marchó lejos: firmó por el Celta de Vigo, donde jugó sólo un año, anotando 14 goles. Una década ha pasado desde que Lubo Penev cantara su último gol en España, sin embargo, con 129 goles, se encuentra aún entre los máximos goleadores de nuestra Liga.

Fue presidente del CSKA y se retiró en Bulgaria

En 1999, con 33 años recién cumplidos decidió abandonar el fútbol para cumplir un sueño: ser el presidente del equipo de sus amores, el CSKA de Sofía. Pero el mono de fútbol pudo más y decidió volver a vestirse de corto para marcar sus últimos goles con la camiseta del Lokomotiv de Plovdid.

Hoy, el Fernando Hierro de Bulgaria

Actualmente, Lubo Penev es el director deportivo de la selección búlgara. Su experiencia como internacional le avala: disputó la Eurocopa de 1996 y el Mundial de 1998 y vistió 62 veces la camiseta de Bulgaria, anotando 13 goles. Desde su puesto en el palco, seguro que todavía hoy, cuando algún balón sobrevuela el área, el ariete búlgaro se mueve en su asiento simulando el remate matador.

 
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