Ocio y cultura

La Biblioteca Nacional expone los mapas recuperados antes de su restauración

La muestra, que estará expuesta entre el 6 y el 11 de este mes, reúne los originales robados junto a los volúmenes de los que fueron arrancados

Según fuentes de la investigación consultadas por esta emisora, el autor de los robos, César Gómez Rivero, salió de España rumbo a Argentina con todas las piezas que había sustraído de la Biblioteca Nacional: 9 mapas y 7 documentos, que fueron mutilados de once libros distintos. Una vez en Argentina, los dos mapamundis de Ptolomeo salieron hacia Nueva York, donde se vendieron en una Feria de Antigüedades. Ambas imágenes fueron entregadas por el FBI de Nueva York a Joan Mesquida.

Según fuentes de la investigación consultadas por esta emisora, el autor de los robos, César Gómez Rivero, salió de España rumbo a Argentina con todas las piezas que había sustraído de la Biblioteca Nacional: 9 mapas y 7 documentos, que fueron mutilados de once libros distintos. Una vez en Argentina, los dos mapamundis de Ptolomeo salieron hacia Nueva York, donde se vendieron en una Feria de Antigüedades. Ambas imágenes fueron entregadas por el FBI de Nueva York a Joan Mesquida.

Aunque las investigaciones siguen abiertas, se han recuperado la práctica totalidad de los originales robados. La sustracción se detectó en agosto de 2007 y la actuación de la Guardia Civil, con la colaboración de Interpol, permitió la localización de los mapas desaparecidos.

La directora de la Biblioteca Naciona, Milagros del Corral, y el general Francisco Rico, jefe de Policía Judicial de la Guardia Civil, inaugurarán este martes la exposición ''Mapas recuperados'', que permanecerá abierta hasta el domingo 11 en la Sala de las Musas del Museo de la Biblioteca.

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Esta muestra reúne los originales robados junto a los volúmenes de los que fueron arrancados. Al término de la exposición, serán restaurados por el Laboratorio de la Biblioteca Nacional y volverán a ocupar su lugar de siempre.

Los Ptolomeos

La Cosmographia de Ptolomeo es la protagonista indiscutible de esta historia, por ser los primeros mapas cuya ausencia advirtió la Biblioteca Nacional (BN), por dar nombre a la operación y por haberse recuperado en lugares tan alejados de Madrid como Sydney y Nueva York.

La edición de Ulm de 1482 fue la primera aparecida fuera de Italia y la más importante. La BN cuenta con dos ejemplares que son los que ahora expone. Uno de ellos aparecido en Sydney, y el otro localizado en Nueva York.

Los dos mapamundis robados constituyen uno de los grabados xilográficos más bellos de los primeros mapas del mundo. De marcado estilo alemán, cuentan con una decoración distintiva, especialmente en la combinación de ricos colores. Por la belleza de sus tipos y la de sus mapas suele considerarse uno de los libros más hermosos jamás impresos. Los mapas coloreados a mano presentan acabados diferentes en cada uno de los ejemplares.

Al año siguiente, una nueva tirada de la edición con las mismas planchas amplía la obra con un mapamundi en el que se incluye una representación de los recientes descubrimientos de españoles y portugueses, constituyendo el primer mapa incluido en el atlas ptolomeico en el que se introduce parte del Nuevo Mundo. A esta edición corresponde el ejemplar localizado también en Nueva York. El mapamundi, obra de Johann Ruysch, es el primer mapa impreso que representa América.

Otras obras expuestas

Otra de las ilustraciones de la exposición es la que muestra la Cosmographia de Petrus Apianus, autor que consiguió el reconocimiento de sus coetáneos tras la publicación de esta obra, impresa por primera vez en 1524.

La hoja que ahora se expone, recuperada en Buenos Aires, pertenece a la edición de Amberes de 1529 y representa uno de los instrumentos por los que Apiano ha pasado a la historia y que utilizaba para resolver de forma clara y sencilla problemas astronómicos y astrológicos.

Otra Cosmographia de la exposición es la del geógrafo latino Pomponio Mela. Se considera el tratado geográfico más antiguo que se conserva. En este caso su importancia aumenta al haber sido impreso en Salamanca en 1498, y constituir un ejemplo de incunable castellano destinado al estudio universitario.

Autentico tratado de caza.

Otro hito en la representación cartográfica es el mapa de la obra de los hermanos García de Nodal y su Relación del reconocimiento del estrecho de Magallanes y el descubrimiento del estrecho de San Vicente. Fue impresa en 1621.

Para finalizar, y esta vez sin relación con la cartografía, se presentarán las láminas expoliadas del Libro de Ballestería yMontería de Alonso Martínez de Espinar, impresa en 1644, que constituye un auténtico tratado sobre la materia.

Muy apreciada por los coleccionistas de obras de caza, cuenta con el valor añadido de la presentación que para la misma compuso Francisco de Quevedo. Sus grabados, que ahora se expondrán, reflejan con claridad casi fotográfica la caza española en el Siglo de Oro.

 
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