El Liverpool, semifinalista de la Champions tras ganar al Arsenal 4-2
Se jugará un puesto por la final con el Chelsea que derrotó al Fenerbahçe 2-0
El fútbol siempre te da una oportunidad de revancha. Siempre. Esta vez, la Champions se la va a dar al Chelsea, que por tercera vez en los últimos cuatro años se va a jugar el pase a la final de la Champions contra el Liverpool. En las dos veces que pasó eso (2005 y el año pasado), el Liverpool llegó a la final. Veremos qué pasa esta vez. En todo caso, sabremos los nombres de los finalistas sin escapar de este mes de abril: el 22 y 23 se jugarán los partidos de ida, y el 29 y el 30, los de vuelta.
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Lo fue el partido de ida, y en la vuelta se ha vuelto a repetir. El que se ha jugado en Anfield esta noche ha sido un partido precioso, una lucha constante, sin momentos de tregua, un intercambio de golpes entre dos pesos pesados en medio de un ritmo infernal. El que se quedó en pie fue el que ha cogido más experiencia en este tipo de situaciones. Benítez colocó a tres atacantes en la formación más ofensiva que haya enseñado su equipo en lo que llevamos de temporada, y le dio resultado. Y eso que el Arsenal se adelantó por medio de Diaby.
Comenzó fortísimo el equipo de Wenger, marcando el paso y moviendo el balón al primer toque y a una velocidad de vértigo. Intentando machacar a su rival, para que no pudiera levantarse. Pero conseguir eso contra el Liverpool es prácticamente una misión imposible. Hyppia (que se ha empeñado en ganarse la titularidad) cabeceó el empate, e igualó la eliminatoria. Unos minutos después, contratiempo para el Arsenal, que se quedó sin Flamini. Entró Gilberto.
Fue en ese momento cuando la sombra del empate a 1 (resultado que se había dado entre ambos equipos en los tres partidos en que se han enfrentado esta campaña) pareció dominarlo todo. Pero una prórroga hubiera sido demasiado castigo, demasiado cruel. Así que Torres (vaya golazo, y está a uno de los 30) desniveló el partido, y desató la vorágine que pudimos ver en los últimos ocho minutos de encuentro. Gol de Adebayor: empate a 2. Al minuto, Touré derriba a Babel (a esa velocidad un soplido suponía un derribo), y Gerrard transforma el penalti: 3-2. El Arsenal intenta clavar el diente con las fuerzas que le quedan, y a la contra, Babel hace el 4-2. Que pase el siguiente. El siguiente será otro homenaje al fútbol inglés, que a estas alturas dudo (y espero) que poca gente no considere como el mejor del mundo.
Chelsea,2-Fenerbçe,0
Fue extraño el partido de Stamford Bridge. Se barruntaba que la salida del Chelsea iba a ser como fue, arrolladora. Gol en el minuto 4 y balón al palo poquito después. En ese instante daba la sensación de que al Fenerbahçe se le iba a caer el cielo encima. La cosa se torció con un contratiempo: la lesión de Carlo Cudicini, que había suplido a Peter Cech tras su "accidente" en el entrenamiento del lunes, y que tuvo que ser sustituido por el portugués Henrique Hilario.
Al Fenerbahçe no se le derrumbó su mundo entre otras cosas porque las motos de 250 c.c. no aguantan toda una carrera al ritmo de una GP. Un ratito se puede pisar el acelerador, pero mantenerlo así hasta el final es muy complicado. Así que el ritmo bajó, las cosas se calmaron un poco, y el equipo turco empezó a tocar la pelota. Hoy tampoco estuvo Roberto Carlos, que no ha vuelto a jugar desde que se lesionó contra el Sevilla; su puesto lo volvió a ocupar Vederson. En el otro lateral, el derecho, volvió Gokhan Gonül tras cumplir sanción. Además de eso, Zico introdujo dos variantes: metió de inicio a Kazim-Kazim (que volvía a Inglaterra, donde nació y jugó después) en el lugar de Ugur Boral y mandó al banquillo a Kezman para meter a Semih Senturk.
Lo que hizo después el entrenador brasileño fue como rectificarse a sí mismo, al meter a Kezman a la hora de partido. En la segunda parte el Chelsea se vio dueño del marcador (y de la eliminatoria) pero no de la situación, y eso le hizo ponerse nervioso. Pudo llegar el empate en alguna ocasión, pero lo que vino fue el segundo del Chelsea, en una jugada primorosa de Essien, que se hizo dueño de su banda derecha y le sirvió el gol en bandeja a Lampard.
Con ese gol, el Chelsea, cuya situación social no es idílica (los aficionados protestan por el juego del equipo en la Liga, aunque en el partido de Champions el apoyo haya sido incondicional), puede presumir de estar de nuevo en semifinales de la Champions y tiene a tres puntos al Manchester en la Premier (distancia que se puede reducir este fin de semana, tras el Manchester-Arsenal del domingo), con lo que puede "arreglar" su temporada.