Los campos de refugiados saharauis acogen la cuarta edición del festival de cine con más estrellas del mundo

La cuarta edición del Festival del Cine del Sáhara ya está en marcha en Dahla, uno de los campamentos de refugiados saharauis que se crearon hace 31 años en el desierto argelino. Actores como Carmelo Gómez, Silvia Abascal y Verónica Forqué participan hasta el próximo domingo en FISAHARA. El único festival de cine que se celebra en un campo de refugiados.

La ventana comenzó a abrirse la noche del miércoles con la proyección de algunas películas, pero la IV Edición del Festival Internacional del Cine del Sáhara se inauguró oficialmente el jueves. El certamen cuenta con invitados como los actores Carmelo Gómez, Silvia Abascal, Verónica Forqué, Carlos Iglesias o Guillermo Toledo. Se proyectarán películas como 'Volver', 'Salvador', 'Un franco 14 pesetas' o 'La Noche de los Girasoles'.

Y para que esa ventana nunca se cierre, desde el martes están también en marcha los talleres de cámara, de guión o de fotografía. Casi todo el material se quedará aquí para crear una videoteca que ellos mismos puedan gestionar y utilizar. Una oportunidad única para que los miles de saharauis que esperan desde hace más de 30 años volver a su casa puedan mirar más allá del desierto.

En Dahla cada historia personal podría ser el guión de una película. Pero esto no es cine.

Brahim estudió medicina en Cuba. Su familia no se enteró de qué carrera había elegido hasta que cursaba el quinto año, trece años después de marcharse. Durante todo ese tiempo sólo alguna carta les mantuvo en contacto.

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Omar se decidió por Educación Especial. También en Cuba. Volvió hace cinco años y, tras dedicar uno de ellos al servicio militar obligatorio, comenzó a trabajar en la escuela de educación especial. Porque, aquí en Dahla, también hay niños sordos, ciegos o con retraso mental. Y ellos también tienen su escuela. En un campo de refugiados.

Aunque algún día Omar quiere emigrar porque "me estoy haciendo viejo", volvió por su pueblo. De momento se queda aunque otros no soportan vivir en estas condiciones tras pasar su juventud en un país como Cuba y eligen el exilio. El otro exilio porque aquí todos son exiliados.

Las historias de Omar y de Brahim se van a mezclar desde hoy con las del cine. Los más pequeños nunca han visto una película en pantalla grande. Para la mayoría será como abrir casi por primera vez una ventana al resto del mundo. Y todo Dahla se quiere asomar a ella.

Los pocos que tienen coche se han convertido estos días en chóferes que llevan y traen a los miembros de la organización, a la prensa, a los invitados y a los que han venido aquí a pasar sus vacaciones. Los que saben castellano (sobre todo los niños) ejercen de guías y traductores. Y todos son grandes anfitriones: se levantan los primeros y se acuestan los últimos para que a nadie en su haima le falte el té o la comida. Aquí a nadie le sobra nada pero a nadie le falta. Estos días ni siquiera cine.